El céntrico local, ubicado en la Av. Mª Cristina, 3, ofrece producto local del Mercat Central, con un enfoque claro al servicio de barra y terraza. Las raciones y la oferta cambiante de vinos son protagonistas en una cocina non-stop, los siete días de la semana
Un lugar para comer y beber algo rápido, de calidad y a cualquier hora. Y con un ticket moderado, asequible a todos los bolsillos. Situado en pleno corazón de Valencia, Bartínez nace como el bar con la esencia de la barra de siempre. El local es pequeño, aunque muy acogedor, y está ubicado en la Avenida María Cristina, 3, entre la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza del Mercado, donde despliega su
terraza. Desde ya, es el perfecto punto de encuentro en el centro de la ciudad para tapear y picar algo a cualquier hora del día, siempre amenizado con vermut y el clásico tirador de cañas. En un momento en el que en el centro cuesta encontrar lugares que acojan al público local tan bien como al visitante, Bartínez cuida al detalle el servicio calidad-precio, y constituye un espacio ideal para compartir las recetas de siempre,
El recetario de Bartínez replica esa esencia sencilla y directa: tapas y raciones de siempre, para picar algo entre horas, ya sea en horario laboral o en una jornada más distendida. No en vano, el restaurante abre los siete días de la semana. El producto es de primer nivel, gran parte proveniente del Mercat Central, que se encuentra a escasos metros del establecimiento. Y por hablar de un bocado muy de moda, uno de los guiños imprescindibles del establecimiento son sus gildas, de distintos tipos: se pueden degustar la gilda de anchoa, de boquerón o la gilda del día, que irá variando cada jornada para sorprender al comensal habitual.
Las albóndigas en salsa es uno de los platos imprescindibles de la taberna.
Por otra parte, destacan clásicos como las bravas, los calamares a la andaluza, la ensaladilla rusa y las croquetas de jamón ibérico, poniendo en valor el recetario clásico. Además, el bar presume de su receta de albóndigas en salsa, que se puede acompañar de pan con aceite Verde Esmeralda. Y, por supuesto, cabe destacar sus tablas de chorizo, lomo y jamón D.O. Jabugo, un recorrido por lo mejor de la gastronomía nacional. En defi nitiva, una apuesta segura para comer de forma ágil y con producto de primer nivel.
“Lo que pretendemos es ofrecer un producto de calidad a cualquier hora y cuidar lo nuestro: tanto el producto local como el nacional. La carta es sencilla y los platos no requieren de una elaboración tan compleja. Precisamente, por eso, nos diferenciamos de otros establecimientos. En Bartínez puedes venir a tomarte el aperitivo o a comer sin necesidad de estar tanto tiempo como requiere una comida más habitual”, detalla Carlos Olivella, socio de la taberna.
Precisamente, la nueva taberna quiere dotar de protagonismo al producto y acercarse así al público local. Bartínez aspira a posicionarse como un establecimiento en el que hacer un pausa en cualquier momento del día y poder tomar una caña o dar un bocado rápido. Además, la taberna presume de su ubicación inmejorable, en pleno centro de la ciudad, lo que será un gran punto de atracción para turistas y gente de paso, que podrán sentarse dentro, en la barra, o en la terraza exterior.
Novedades en bodega cada semana
Como no podría ser de otra forma, Bartínez también presta una especial atención a su bodega, seleccionando con cuidado los vinos y cervezas que ofrece. Cada semana, los vinos por copa van cambiando, con el objetivo de que el comensal asiduo pueda degustar distintas propuestas. La carta de vinos también tiene un marcado carácter valenciano, sin olvidar el resto de las D.O. como Rioja, Ribera del Duero o Rias Baixas.
Una característica interesante de Bartínez es que, a la altura de la oferta vinícola, quiere poner en valor la cultura cervecera. Para ello, dispone de un tirador de cerveza clásico, como pocos lugares tienen en Valencia, fi rmado por Cruzcampo. Así que cerveza de
barril, tirada con la misma delicadeza y calidad con la que Bartínez trabaja a diario, lo cual supone un homenaje a décadas pasadas y transporta al comensal a esa taberna castiza con tanta personalidad, ahora también en el centro de Valencia.
El horario de Bartínez se adapta a todo tipo de gustos, pensado para agradar tanto a comensales locales y nacionales, como también a visitantes extranjeros, dado que el establecimiento se encuentra en una de las arterias turísticas de Valencia. El bar abre las puertas a las 11 horas de la mañana y no cierra hasta las 23 horas, manteniendo un servicio ininterrumpido de cocina y permitiendo, de esta forma, que Bartínez sea el punto de encuentro en el centro de la ciudad a cualquier hora. A Bartínez uno puede ir a picar y tomar algo a mitad mañana o, tal vez a tomar un vermut previo a la comida, lo cual puede dar pie a, directamente, quedarse a comer y degustar una carta variada y ágil.
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