Desde las luces de Kioto hasta las sombras de la Yakuza, Yves de Villegas presenta LA SALAMANDRA DESNUDA, un sorprendente thriller en el que Japón es el protagonista

Nde Novela. 376 páginas Tapa dura con sobrecubierta: 20,90€ Electrónico: 8m,99€ ¿Cuántas veces has experimentado la cercanía de la muerte? Pienso en el largo camino que me ha llevado hasta este cuarto de horror en Japón. Me llamo Alice Clowes, tengo treinta años y mi vida termina aquí» Alice solo recuerda que ha sido drogada. En la penumbra, intenta moverse y descubre que está atada. La han encontrado, es el fin. Todo empezó al conocer a aquella hermosa japonesa tatuada en los baños públicos de Kioto. De haber sabido dónde se metía, jamás la habría seguido hasta este paraíso de los sentidos, un insólito y deslumbrante ryokan a la orilla del lago Motosu, en el corazón de Japón. ¿Qué tipo de perversiones ocultan los templos secretos de la Yakuza junto al sagrado monte Fuji? En este thriller vertiginoso, Alice no solo se adentrará en las desconcertantes costumbres de las altas esferas de la sociedad japonesa, en sus ideales de honor en torno al amor, la familia y el sexo, sino que para hallar su lugar en el mundo y escapar de la venganza tendrá que luchar hasta su último aliento. Alice acaba de descubrir que está embarazada. En plena crisis sentimental, personal y financiera, decide que, ante esta situación, lo mejor es volver a su Escocia natal y dejar atrás Japón, el país en el que ha vivido los últimos tres años y en el que le han roto el corazón. Sin embargo, días antes de partir, sus planes dan un giro de 180º. En el sentō (clásico baño público japonés separado por sexos) del hotel cápsula en el que se aloja, Alice conoce a Yuriko, una enigmática japonesa con el cuerpo tatuado. Una mirada y un roce bajo el agua son suficientes para constatar que hay química entre ellas, y, aunque sabe que los tatuajes en Japón no presagian nada bueno —solo los llevan los miembros de la famosa Yakuza—, Alice se deja llevar. Desde el momento en el que sus labios se encuentran con los de Yuriko, sucumbe ante el deseo y decide pasar con la misteriosa chica nipona los pocos días que le quedan en Kioto. Las primeras horas juntas están llenas de pasión y sexo desenfrenado, pero Alice pronto descubre que acercarse a Yuriko tiene un precio muy alto. Ante la presión de su familia, de una estricta moral tradicional, la chica huyó de casa antes de que sus padres concertaran un matrimonio de conveniencia. Sin el apoyo económico de su familia, Yuriko aceptó un trabajo de azafata en un local nocturno. Allí conoció a Satō, uno de los jefes de la Yakuza de la zona, que se encaprichó rápidamente de ella, aun sabiendo que Yuriko es lesbiana. Satō la agasajaba con regalos y grandes lujos cada vez más, hasta que Yuriko empezó a integrarse en los círculos de la Yakuza. Antes de darse cuenta, se estaba tatuando el cuerpo y se había convertido en una persona respetada dentro del clan. Yuriko acompañó a la Yakuza durante cuatro años, en los que tuvo que ser testigo de palizas, extorsiones, sobornos y, por supuesto, asesinatos. Cuando se empezó a anunciar una guerra interna entre clanes, la chica supo que la cosa se iba a poner muy fea y tomó la decisión de alejarse para mantenerse a salvo. Empezó a planear su huida a Europa o a Estados Unidos y, antes de marcharse, se encargó de robar algo de dinero del clan para financiar su partida. Consiguió huir, pero Satō, que seguía enamorado de ella, encargó a dos de sus matones que la encontraran. Por eso, Yuriko tiene a dos asesinos a sueldo pegados a los talones cuando conoce a Alice. De hecho, los hombres de Satō no tardan en dar con ellas y en llevarlas a los cuarteles de la Yakuza. Gracias al ingenio de Yuriko y a su conocimiento de las dinámicas de la mafia, consiguen huir, pero ambas saben que es solo cuestión de tiempo que vuelvan a atraparlas. Y, si caen en sus garras una vez más, no tendrán tanta suerte: necesitan un refugio donde estar a salvo. Yuriko conoce un lugar que les permitirá guarecerse de los peligros de la Yakuza, pero, si quieren que funcione, cada una debe recorrer su propio camino para llegar hasta allí. Antes de separarse, lo único que recibe Alice por parte de Yuriko es un billete de tren con un destino incierto y un colgante de jade en forma de salamandra que, según la japonesa, es la llave que abre las puertas del lugar al que deben acudir. Sin más garantías que las promesas de una chica a la que conoce desde hace pocas horas, Alice se embarca en el tren que le han indicado y espera, paciente, a llegar a su destino. Una vez allí, sigue las instrucciones de Yuriko y se encuentra con el taxista que la conducirá al refugio. Después de un largo trayecto en coche, recorriendo toda una carretera comarcal e incluso atravesando la espesura de un bosque, Alice llega a su destino: la Salamandra, una suerte de hotel de lujo a la orilla del lago Motosu, rodeado de un bosque y en el que no hay ni una rayita de cobertura. Se trata de un ryokan, un alojamiento clásico japonés que, en la actualidad, está considerado un hospedaje de lujo. La Salamandra es un hotel exclusivo —Alice debe mostrar el colgante en forma de salamandra para que le permitan entrar—, que ofrece todos los lujos posibles. Durante su estancia, Alice disfruta de masajes relajantes, comida exquisita y clases de yoga al alba. El despliegue de bienestar es tan grande que Alice casi olvida que Yuriko ha faltado a su promesa y no está allí, esperándola. Conforme pasan las horas dentro de la Salamandra, Alice percibe algo extraño en el ryokan: los masajes que recibe por parte del personal están empezando a adquirir tintes sexuales y, al saltarse la norma que le impide salir a los jardines sin nadie que la acompañe, descubre a un grupo de hombres llevando a cabo prácticas sadomasoquistas. Yuriko llega justo a tiempo para explicarle lo que sucede. La Salamandra va un paso más allá del resto de ryokanes, ya que es un hotel pensado para colmar hasta el más íntimo deseo de sus huéspedes, sea cual sea. Hospedarse en la Salamandra tiene un objetivo hedonista: dentro de este pequeño oasis alejado de todo, se goza sin límite de la sexualidad, la naturaleza, la comida, el bosque y el silencio. Es el lugar al que acudir cuando una se siente perdida. Yuriko y Alice tienen la intención de descansar dos días y disfrutar juntas de todas las comodidades y aventuras que ofrece la Salamandra antes de volar juntas a Escocia y empezar una nueva vida en Europa. Sin embargo, la Yakuza acecha... ¿Podrá la Salamandra protegerlas de la atenta mirada de un clan ávido de venganza? Un recorrido por el inquietante Japón de la Yakuza La salamandra desnuda cuenta con muchos de los elementos que un lector espera encontrar en una novela ambientada en el país del sol naciente. En la historia de Alice y Yuriko hay, por supuesto, noches de fiesta y de karaoke que terminan en hoteles cápsula, paisajes de una enorme belleza y una cultura fascinante, «en la que las relaciones son una larga obra de teatro ensayada desde la infancia». El punto fuerte de esta novela reside, sin duda, en la perspectiva desde la que Yves de Villegas aborda todos estos elementos. El Japón de La salamandra desnuda es un Japón sugerente, exótico, inexplorado y plagado de peligros: el Japón de la Yakuza. Este giro en el punto de vista crea los cimientos necesarios para edificar un thriller ágil e intrigante, en el que el peligro acecha detrás de cada página. Japón, con sus luces y sus sombras, es un elemento determinante para la novela. Los anhelos de Alice, el vínculo que establece con Yuriko o las experiencias que viven hasta encontrarse en el ryokan no serían posibles sin la moral tradicional japonesa, las convenciones sociales o la percepción de la comunidad LGTBI por parte de la sociedad nipona. La salamandra desnuda retrata Japón con la maestría, rigor y admiración de un autor que ha trabajado durante años en varios países de Asia y que profesa una gran pasión por el continente asiático, por su gente y, sobre todo, por el estudio de las diferencias socioculturales entre países. Yves de Villegas presenta en esta novela un Japón inusual, tan fascinante como peligroso. A pesar del riesgo, el lector querrá quedarse a vivir en sus páginas. Japón, erotismo y acción en un thriller único La salamandra desnuda es un thriller único gracias a la habilidad de Yves de Villegas para entretejer una trama inteligente, en la que encontramos el estilo cinematográfico, los giros y el ritmo trepidante de las mejores novelas de suspense, pero también un elenco de personajes profundamente humano. La novela engancha por los escenarios, la acción y el magnetismo de su componente erótico, pero lo que conquista al lector es lo que subyace a las persecuciones y los encontronazos con la Yakuza: dos protagonistas perfectamente dibujadas y la historia de amor que surge entre ellas. A lo largo de la novela, tanto Alice como Yuriko deben tomar decisiones difíciles para sobreponerse a sus miedos y dirigir su propio destino. Una novela con representación LGTBI El romance entre Yuriko y Alice nos acerca a la realidad de las personas LGTBI en Japón, concretamente a la de las chicas lesbianas y bisexuales. A lo largo de la novela, el autor refleja los prejuicios y las barreras que ha tenido que superar Yuriko al crecer en el seno de una familia tradicional que tenía como prioridad principal arreglar un matrimonio de conveniencia para su hija. Además, cabe destacar que en La salamandra desnuda las relaciones entre personas del mismo sexo sortean, ¡por fin!, el destino trágico al que muchas veces parecen estar condenados estos romances en la ficción. LOS PERSONAJES ALICE Alice siempre ha puesto la misma solución a todos sus problemas: huir del conflicto. Esa es la decisión que la ha llevado por ciudades como Granada, París o finalmente Kioto, donde se asentó durante tres años como profesora de inglés. En su trabajo conoció a Toshirō, un ejecutivo con el que se embarcó en un largo romance sin ser consciente de que él estaba casado. Cuando la esposa de él lo descubrió, Toshirō abandonó a Alice y dejó atrás un corazón roto y un embarazo. En ese momento, justo antes de conocer a Yuriko, Alice toma la decisión de volver a Escocia, su punto de partida, para intentar poner en orden su vida. Solitaria y taciturna, Alice encuentra en Yuriko una persona que vuelve a aportarle ilusión y energía para seguir adelante. Con esa felicidad trascendente que da la soledad, la intimidad con uno mismo, volví a comprender por qué viajaba sola desde hacía años, por qué desde niña, distinta a todas las demás, no encontraba en la comodidad del nido lo que mi alma buscaba. Solo rodeada de lo desconocido, de lo nuevo, de la aventura, logro sentir mi razón de ser. YURIKO El personaje de Yuriko está condicionado por sus orígenes, incompatibles con su orientación sexual: familia con dinero, tradicional y estricta hasta la médula. Para ser libre y esquivar un matrimonio de conveniencia con un chico desconocido, se vio obligada a huir y a labrar su propio camino desde cero, algo que la acabó llevando hasta las garras de la Yakuza. Al principio, se integró con el clan e incluso tatuó su cuerpo, pero pronto se dio cuenta de que relacionarse con la mafia acaba conduciendo, irremediablemente, a un callejón sin salida. Su experiencia huyendo, primero de su familia y después de la Yakuza, ha configurado un carácter fuerte e independiente que crea un fuerte contraste con la inseguridad y la incertidumbre que caracterizan la personalidad de Alice. Ha cogido un vaso y bebe agua mientras se seca el sudor con una toalla. Con cada movimiento, el dragón que vive en su piel se gira, se estira, danza como si estuviese vivo. Sobre el autor Yves de Villegas (Santander, 1972) es medio bretón e ingeniero de caminos. Se doctoró con una tesis sobre la presencia del ferrocarril en el cómic europeo de ciencia ficción y probó brevemente la aventura de la producción cinematográfica. Durante años trabajó en Asia como responsable de exportación de la patronal de industria española. De aquella experiencia nació su pasión por el continente asiático, su gente y, sobre todo, por el estudio de las diferencias socioculturales entre países. Actualmente es profesor universitario. Ha publicado dos libros infantiles. La salamandra desnuda es su primera ficción para adultos: una novela que promete desvelos.

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