Mariola Cubells está MEJOR QUE NUNCA, la revolución de una generación de mujeres FELICES, IMBATIBLES Y PIONERAS, más libres y poderosas que nunca

Editorial Espasa. 306 páginas

Rústica con solapas: 20,90€ Electrónico: 8,99€

Las mujeres en torno a los sesenta años han roto todos los esquemas que la sociedad diseñó para ellasy no se parecen a ninguna generación anterior de esa edad en España. Son dueñas de su destino demanera rotunda. Mariola Cubells describe la revolución que ha supuesto que estas mujeres no seconformaran con lo establecido. Se trata de un colectivo más presente que nunca, que disfruta, queestá en plenitud de sus facultades físicas y mentales, que trabaja, que aprende cosas nuevas, queabraza la estética en todas sus variantes, que emprende negocios, que empieza nuevas aventuras, yque ha roto muchos moldes y quebrado muchas normas. Son una generación pionera en un grannúmero de asuntos sociales, vitales, íntimos.

Este libro es un viaje a través de testimonios, lecturas, recuerdos literarios, historias personales yreflexiones íntimas de la autora y de otras tantas mujeres de esta generación, que cuenta cómo la mujerse ha rebelado contra los tópicos, los mandatos de siempre, la monogamia por decreto, la infelicidad, laresignación y todas esas losas que tuvieron sus madres y abuelas. Son más libres que nunca, máspoderosas que nunca, se dan más cuenta que nunca. La última generación educada en el patriarcado.La primera que no ha educado a sus hijos de la misma manera.

Es una generación para la historia.

Cuando cumplí 50 años me vine abajo. No era posible. ¿Qué había pasado?

¿Dónde estaba toda mi vida anterior? Y, sobre todo, ¿ahora qué?

Vamos a explicar quiénes son, quienes somos, qué queremos, dónde vamos, qué o quiénesimpiden un buen tránsito en este viaje.

Mujeres solas, solitarias, solteras, divorciadas, casadas y aburridas pero tranquilas,casadas por tercera vez, con hijos, sin hijos, con hijos a su cargo, con hijos emancipados,sin tener que rendir cuentas a nadie, que viajan solas, con trabajos que empiezan, conproyectos, serenas, alegres, listas, arrepentidas de lo que no hicieron, rabiosamentefeministas, hartas de aguantar a los plastas, decididas a seguir, a empezar, a planear, asalir a la calle y gritar. Nos hemos mudado para siempre a un país mejor, más acogedor.

Estamos en un mapa distinto, imaginario y posible, y lo estamos recorriendo con otrolenguaje y lo habitamos todo: el centro del mapa y las orillas. Un mapa donde los hombresque no escuchaban se callan un rato, unos años. Y nosotras hablamos, sin interrupciones aser posible. A ver si así podemos celebrar la vida, con toda su belleza y complejidad.

LA PRIMERA GENERACIÓN QUE...

Son las primeras mujeres en mantener una relación casi de igual a igual con sus hijos: comparten ropa,han visto cómo sus padres también llevan a cabo la actividad doméstica y están acostumbrados a tenerconversaciones sobre todo. Fueron las primeras en decidir que no querían la vida de sus madres y siquerían serlo o no, en estudiar carreras universitarias y en tener más de una pareja (y de dos y de tres).

Cubells asegura que son las primeras en en “alzar la voz y decir basta, esto no me gusta, esto no loquiero, esto sí, me piro, me quedo pero con estas condiciones, voy a cambiar de trabajo, de país, depareja, de identidad, de formas de vivir”.

Son, somos, la primera generación que ha sido educada en un sistema, el heteropatriarcal—este término saldrá a menudo en estas páginas; ya sé que está manido, pero no heencontrado uno mejor—, más o menos severo, dependiendo de las casas que tocaran, queya ha educado a sus hijos y a sus hijas de manera radicalmente distinta, quitándose deencima el polvo y los tabúes, el ordeno y mando. La primera sin tutela emocional. La últimacuna del machismo. Y eso lo ha cambiado todo: ha sido, está siendo, una auténticarevolución, un cambio de paradigma.

LA MATERNIDAD

En Mejor que nunca, Cubells dedica un capítulo entero a la maternidad, a las emociones complejas ycontrovertidas que ha suscitado y de las que se ha empezado a hablar hace muy poco. Las mujeres deesta generación lo pensaron mucho y decidieron que, si la llevaban a cabo, sería sin renunciar a susvidas, profesiones o batallas más íntimas.

Antes era impensable que una mujer “verbalizara el hartazgo, la desdicha, el arrepentimiento que leproducía la maternidad”. Ahora pueden decidir si tener hijos o no, ver lícito si alguien no quiere tenerlosy, sobre todo, dicen claramente “si pudiera volver atrás no lo haría”.

Mujeres de esta generación que nunca abandonaron sus pasiones, sus inquietudes o susquehaceres mientras criaban a niños estupendos, por cierto. Mujeres que no creían, que nocreemos en esa idea de que la maternidad debe ser al cien por cien o no ser.

LO QUE EL CINE Y LA TELEVISIÓN NOS CONTARON QUE ÍBAMOS A SER

Cubells repasa infinidad de películas y series para estudiar el trato de la mujer en ellas. Concluye quelos referentes en las pantallas han sido muy tóxicos en la representación física como en la de la mujermadura, ya que pocas son las mayores de 50 años que tienen papeles solventes. “Lo que no se enseñano existe, y nadie está viendo apenas a esas mujeres en la ficción”, asegura. Habla en este desarrollosobre series como Las chicas de oro o Sexo en Nueva York.

Hace veinte años, Sexo en Nueva York fue aire fresco, agua clara, pura vida.

Fue un puntazo de ficción, como años atrás lo fue Las chicas de oro, que planteó debatespoco o nada usuales en televisión, que puso a mujeres con discurso y a las que les gustabael sexo por el sexo como protagonistas.

ME IMPORTA UN BLEDO

En ese me importa un bledo hay libertad casi total. Una libertad pequeña, que es bajarte delos estiletos para siempre o para casi siempre, cuando te dé la gana. Y una grande, que esdejar de pedir permiso, gritar, reivindicar, replicar a otro, callar a los Pacos, no ser dócil niamable, ni contemporizadora.

EL AMOR, AY, EL AMOR

Cubells destaca dos asuntos claros sobre el amor. Primero, el romanticismo de antes ya no funciona. Loque hace años era romántico, “ahora es una estupidez”. Se dejan atrás las flores de San Valentín y quehabrán la puerta al entrar en un coche. Ahora se valora que compartan las emociones y la empatía.

La segunda cosa que tiene clara es el cambio en el concepto de soltería. Ha cambiado la manera dereferirse a la mujer soltera y comienzan a practicar el desapego emocional, algo que siempre ha estadotan vinculado a los hombres.

A mí me pasa con mi hija, que ve clarísimo lo que ya está derribado, lo que ni de soslayo meha pasado. Lo que ve de mí es el reverso de lo que yo veía de mi madre. Y eso solo lo halogrado esta generación nuestra, que se ha pasado la vida explorando una tierra ignota,y destapando cajas de Pandora para que el mundo supiera que esos males no eran tales,y quemando naves, y apartando intrusos, y aventurándose.

COSAS QUE NO TUVIMOS, COSAS QUE SÍ TENDREMOS

Cubells, a lo largo del libro, se reafirma en la importancia del movimiento #MeToo en el cambio deparadigma. Aunque cuando las mujeres de esta generación tenían 20 ó 30 años no tuvieron unacorriente como esta, es un movimiento del que, cuando llegó, todas ellas se sintieron parte, queinterpelaba a todas y en el que se implicaron de mil maneras distintas.

A mí el movimiento me hizo pensar dos cosas. Una, que quizá yo, que siempre dije quenunca me pasó nada grave en ese sentido, nada digno de ser relatado, me había comidosapos sin saber que me los estaba comiendo, sonriendo, además. Hice repaso y descubríbastantes momentos, quizá sutiles, quizá escondidos, que simplemente había asumidocomo normales. Nos han pasado a todas, eso es así.

Momentos, periodos más graves o tenues, pero reales. Momentos que ellos, nuestroscompañeros de pupitre, no vivieron jamás. A veces, simplemente los protagonizaron en ellado malo.

La segunda cosa es que, gracias al movimiento, a que se ha puesto bajo el foco estecomportamiento abusón, delictivo, intolerable, mi hija, como las de tantas, tendrá unmecanismo de defensa, una cuerda a la que asirse para que otras mujeres tiren de ella y laayuden si llega a necesitarlo. Y sobre todo pienso que, gracias a esto que no tuvimos, ellas,las más jóvenes tienen claras las ya famosas red flags, como dice mi hija, las señales, laspalabras, los gestos que no deben tolerar de ninguna manera, en ninguna situación, nipública ni privada.

Se habla mucho de nuevas masculinidades que no parecen haber debilitado demasiado lahegemonía masculina. Pero el movimiento #MeToo, que se rebeló contra la normalización desu explotación sexual a manos de hombres hegemónicos, sí derribó a muchos de ellos, tal ycomo apunta Lorber.

Es, una vez más, un cambio de paradigma.

Sobre la autora

Mariola Cubells (Valencia, 1967) es periodista, analistaaudiovisual y experta en comunicación. Ha trabajado enprensa escrita y en televisión durante muchos años y desde2012 lleva la sección de televisión en La Ventana, en lacadena SER. Los veranos dirige y conduce el programa ¿Y túqué miras? en la misma cadena.

Escribe sobre asuntos televisivos y sus derivados en diversos medios, como el Huffington Post, dondetiene también una sección semanal de entrevistas sobre gustos audiovisuales con personajes dediferentes disciplinas. Colabora desde hace años en diversas publicaciones como «S Moda», de El País,donde suele mostrar su punto de vista sobre temas relacionados con el feminismo, la cultura pop y loaudiovisual.

En 2003 publicó su primer libro, ¡Mírame tonto!, donde contaba las tripas de la mala televisión mediantesu experiencia personal como responsable de diferentes formatos. A este libro le siguieron otros tantossobre la misma temática, como ¿Y tú que miras?, ¿Quién cocina la tele que comemos? o Mentiras endirecto. Dirige y conduce desde hace años el foro cultural Conversatorio, donde realiza encuentros culturales,mesas redondas y presentaciones audiovisuales y literarias en distintas ciudades. En ese marco, esconferenciante habitual en festivales, entidades culturales y universidades.