LA ÚLTIMA MIRADA DE GOYA, una historia de Javier Alandes llena de aventuras que parte de un hecho histórico muy peculiar: la desaparición de la cabeza de Goya de su tumba en Burdeos




Editorial Contraluz. 576 páginas

Rústica con solapas: 22,50€ Electrónico: 9,49€


Basándose en la desaparición de la cabeza de Francisco de Goya de su tumba en Burdeos, Javier Alandes compone una novela vertiginosa, ágil y vibrante, que une realidad y ficción, acción y emoción, profundamente adictiva, que interesará por igual a los amantes del arte, los curiosos o los atraídos por las novelas de aventuras.


En 1888 el cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra, se dispone a expatriar el cuerpo del insigne Francisco de Goya a España, fallecido en el exilio sesenta años antes. Pero un hallazgo inesperado da al traste con sus planes: al abrir la cripta descubrirán que al esqueleto del pintor le falta la cabeza. ¿Quién y por qué ha profanado la tumba?


Pereyra contrata los servicios del detective más famoso de París para que dé con la calavera de Goya, lo que les llevará a indagar en la vida del artista en Burdeos y sus andanzas junto a otros exiliados españoles opositores a Fernando VII y, también, en su intimidad familiar en compañía de Leocadia Zorrilla, su último amor, y su hija Rosario. Pero en esa rutina familiar también se incluyen, por motivos diversos, dos jóvenes que ayudaron al pintor a cumplir sus últimos deseos: Juliet, una institutriz tan apasionada como independiente, y Diego "El Niño", un valiente guardaespaldas que protegió la vida del pintor de todos aquellos que deseaban acabar con él. Y es que Goya, aunque sordo y casi ciego, nunca dejó de ser ese genio brillante y carismático que atraía todo tipo de intereses encontrados, desde asesinos a sueldo a esposos despechados...


Has dedicado una novela a Sorolla y otra al

traslado de las obras maestras de El Prado a

Valencia durante el primer año de la Guerra

Civil española. Tu nueva novela se centra en

Goya. ¿Qué te inspira en el arte para acudir a

él en tus novelas?


No necesitamos grandes nociones de arte para

poder admirar Las Meninas o Los fusilamientos

del 3 de mayo. El arte tiene la capacidad

redentora de hacer que miremos dentro de

nosotros mismos para averiguar de qué material

estamos hechos. Cuando estamos delante de uno

de esos icónicos cuadros, el silencio es sepulcral,

señal de que un simple lienzo nos está haciendo

reflexionar y entrar en estado de introspección.

El arte nos habla de quiénes fuimos y de quiénes

somos. Para caminar hacia delante es necesario

mirar de dónde venimos. Y eso es lo que el arte

nos aporta: una mirada retrospectiva. El arte

conserva la historia de un pueblo, construye una

memoria colectiva. Por eso me gusta acercarme a

él de forma que nos haga recordar todo lo que el

arte nos aporta y nos mejora como personas.


Esta obra se centra en un hecho real: que

al abrir el ataúd de Goya, en 1888, para

proceder a su traslado a España se descubrió

que había desaparecido la cabeza. ¿Cómo

tuviste conocimiento de este hecho y por qué

despertó tus ganas de escribir sobre él?


Goya está enterrado en la ermita de San Antonio

de la Florida, en Madrid. Una ermita cuyos techos

fueron pintados por el maestro aragonés, creando

su particular “Capilla Sixtina”. Cuando acudes a

visitar dicha ermita te cuentan dos curiosidades:

La primera es que, junto a los huesos de Goya,

reposan también los restos de Martín Miguel

de Goicoechea, su consuegro; la segunda,

que en los restos de Goya falta la cabeza. Solo

tuve que investigar un poco para conocer que

el descubrimiento de que a Goya le faltaba la

cabeza se produjo en 1888, cuando se exhumaron

sus restos en el cementerio de La Chartreuse, en

Burdeos (ciudad en la que falleció en 1828), para

ser repatriados a España. Y que, a día de hoy,

todavía se desconoce el paradero del cráneo.

Con esos mimbres, ya vi que tenía una potente

premisa para una novela: ¿Dónde está la cabeza

de Goya?, ¿quién profanó su tumba y por qué?


A partir de ese descubrimiento, la novela

avanza en dos direcciones. Asistimos a una

investigación centrada en ese año de 1888

y, por otro lado, seguimos la vida de Goya

sesenta años para descubrir por qué pudo

desaparecer posteriormente su cabeza.


Para mí tan importante es tratar de exponer a

los lectores qué pudo ocurrir con la cabeza de

Goya como averiguar dónde se podía encontrar.

Y como el macabro descubrimiento se realizó

sesenta años después de la muerte del pintor, las

respuestas que quería ofrecer se encontraban en

dos épocas distintas.


En la trama que transcurre en 1828 conoceremos

los últimos meses de la vida de Goya y qué

pudo ocurrir tras su muerte, y en la trama de

1888 acompañaremos a una peculiar pareja de

detectives que son contratados para hallar el

cráneo del pintor. Dos épocas, dos historias y

personajes inolvidables unidos por una cabeza.


Estamos, pues, ante un thriller histórico en

el que recorremos buena parte del siglo XIX

con grandes dosis de aventura y de tensión.

¿Cómo has trabajado para enlazar la ficción y

la aventura sin desvirtuar la historia?


La historia es la que es, ocurrió como ocurrió y

la intención no es variar el resultado final. Esto

no es una ucronía. Partiendo de una premisa tan

potente, pero que tiene tantas lagunas, podemos

hipotetizar qué pudo ocurrir. Y ahí es donde entra

la parte de thriller, las aventuras, los tiroteos, la

protección de Goya ante los atentados para acabar

con su vida. Una gran conspiración en la que

Diego Girard, un joven guardaespaldas, y Juliet

Lesson, una intrépida institutriz, se verán envueltos

y serán los únicos que intentarán detenerla. Y los

lectores tendrán que cargar las armas, subirse el

cuello del abrigo y afilar los sentidos para proteger

la vida del anciano pintor español.


¿Cómo llevaste a cabo el trabajo de

documentación para poder mover a los

personajes de la obra por la España y la Francia

de comienzos del siglo XIX?


Es una época estudiada y ampliamente

documentada. Por lo que, en lo que la parte

histórica se refiere, “tan solo” había que leer y

destacar los datos que quería que formaran parte

de la novela. Por otra parte, la vida y obra de Goya

también están ampliamente documentadas. Las

partes difíciles fueron dos. La primera, reconstruir

de manera verosímil la sociedad de la época:

vestuario, medios de transporte, cómo eran las

viviendas, el mobiliario, etc. Eso se soluciona

viendo muchas películas y series que transcurran en

la época que quieres relatar. La segunda, cómo era

Burdeos en la época en la que Goya vivió (y murió)

allí. No puedo tomar planos de hoy en día, es fácil

que hayan cambiado los trazados urbanísticos, los

nombres de las calles, etc. Así que me tuve que

hacer con planos de la época. Y, por supuesto,

viajar a visitarla y pisar las mismas calles que Goya y

el resto de personajes pisan a lo largo de la novela.


La figura de Goya funciona en la obra como

un símbolo de lo que fueron los siglos XVIII y

XIX español, de la lucha entre la ilustración y el

absolutismo, con muchas figuras importantes,

como el propio Goya, acabando en el exilio en

medio de fuertes enfrentamientos internos.


Goya estuvo en activo durante seis décadas,

trabajó para cuatro reyes, se codeó con lo más alto

(y lo más bajo) de la sociedad. Nada tienen que

ver los cartones para la Real Fábrica de Tapices con

las Pinturas Negras de su Quinta del Sordo. Hay

una evolución en su técnica, en sus temas, en su

visión social. Goya narra la historia de España de

la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad

del XIX, su obra es un tratado social e histórico

de cómo fuimos. Además, hay que añadir que

la sordera que contrajo hacia mitad de su vida le

hizo variar su visión del mundo. De ahí las formas

grotescas, la oscuridad, el retrato de la crueldad

humana. Goya es el padre de la Modernidad, un

adelantado a su tiempo. Pero vivir tantas vidas en

una sola te puede llevar a acumular triunfos y a

esconder demonios en tu interior.

J

Sobre el autor


Javier Alandes (Valencia, 1974) es Licenciado en Economía y desarrolla su carrera profesional, además de cómo escritor, como formador y conferenciante en emprendimiento, storytelling y competencias transversales. Es autor de las novelas "Partido de vuelta" (2018), "La balada de David Crowe" (2019), "Las tres vidas del pintor de la luz" (2019) y "Los guardianes del Prado" (2022), un thriller de aventuras ambientado en el traslado de las obras maestras del Museo del Prado de Madrid a Valencia durante la Guerra Civil. "La última mirada de Goya", su última obra, es una novela histórica de aventuras explora los últimos días de ilustre pintor español y un hecho real y poco conocido: la misteriosa desaparición del cráneo del artista de su tumba.ntado en el traslado de las obras maestras

del Museo del Prado de Madrid a Valencia

durante la Guerra Civil. La última mirada de

Goya, su última obra, es una novela histórica de

aventuras que explora los últimos días de ilustre

pintor español y un hecho real y poco conocido:

la misteriosa desaparición de la cabeza del



 

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