SILENCIA TU MENTE, ENCIENDE TU CORAZÓN, la guía espiritual de Lobsang Zopa para transformar tu vida


Editorial Planeta. 256 páginas

Rústica con solapas:17.90€. Electrónico: 7,99€


El monje y maestro Lobsang Zopa, todo un referente internacional del budismo, nos enseña cómo aplicar las enseñanzas budistas para mejorar nuestro día a día, limitar el sufrimiento y alcanzar la felicidad genuina. SILENCIA TU MENTE, ENCIENDE TU CORAZÓN es un testimonio vitalista, honesto y reflexivo de un hombre que cambió radicalmente su vida y descubrió el enorme potencial que albergamos todos.


Qué vamos a encontrar en este libro


Del mismo modo en que las nubes oscurecen por momentos la capacidad iluminadora del sol, las emociones y aflicciones del cuerpo y de la mente —la ofuscación, el deseo ansioso, la insatisfacción, el rencor, el miedo o la envidia— pueden alterar temporalmente la esencia de lo que somos en realidad. Pero, afortunadamente, todos podemos descubrir nuestra verdadera naturaleza. Este es uno de los principios de Silencia tu mente, enciende tu corazón, la guía espiritual para transformar nuestra vida del monje y maestro español Lobsang Zopa. 


Partiendo de su propia experiencia, y de un trágico suceso que le marcó para siempre hasta el punto de replantearse su vida y abandonar su trabajo y una buena posición social para convertirse en monje budista, Lobsang Zopa nos enseña en este revelador libro que vivir con mayor plenitud es posible. La clave es prestar atención a nuestro interior, aprovechar el poder de nuestra mente y entender el mundo que nos rodea. «Aquel fatídico día de 2005, todo aquello que daba solidez a mi existencia y me hacía sentir tan bien no fue suficiente. Creía que todo lo que tenía duraría siempre y que nada cambiaría. No sería así. Esa convicción no tiene mayor realidad que un arcoíris o un espejismo en el desierto. Las cosas pueden durar menos que una gota de rocío ante los primeros rayos del sol», explica Zopa, con una gran honestidad, en la introducción. 


«En mi hogar, y desde la escuela a la universidad, me enseñaron y prepararon para vivir en el mundo. Un mundo en el que el éxito o los logros se medían por lo material, por conseguir más y tener estatus. Me di cuenta de que no me habían enseñado lo más importante. Mis maestros me hicieron mirar en otra dirección, y pude conocer verdaderamente quién soy. Ahora puedo dirigir mi vida y hacer que mi día a día sea más apacible y saludable, y hacer que todas mis aspiraciones y propósitos vayan de la mano», cuenta el maestro.


A lo largo de estas páginas, aprenderemos por qué la verdadera felicidad surge del dominio de nuestras emociones que brinda una mente serena, estable y en paz, y cómo podemos integrar la sabiduría milenaria en nuestra rutina para que esta sea más apacible y saludable. Con un lenguaje cercano y poniendo como ejemplo su testimonio personal, el autor nos aporta numerosas pautas para alcanzar la autotransformación, haciéndonos reflexionar sobre el sentido de la vida y nuestros pensamientos y actitudes. Además de múltiples consejos, Silencia tu mente, enciende tu corazón nos muestra el gran valor de la meditación y nos brinda una serie de prácticas guiadas para logar la calma, desterrar las emociones negativas y cultivar valores tan preciados como el amor, la generosidad o la alegría.


«Agradecer lo que poseemos ahora nos entrenará para valorar lo bueno
que esté por venir.»


Descubre tu esencia y desarrolla tu potencial


«Estamos tan acostumbrados a vivir en la penumbra que hemos olvidado que somos luz. No reconocemos nuestro potencial porque no somos capaces de percibir cómo son las cosas en realidad, constantemente malinterpretamos lo que nos sucede y lo que acontece a nuestro alrededor. La mayor parte de las veces, el modo en que existen las cosas y la forma en que las percibimos no coinciden, y nos cuesta ver las diferencias.»


«Durante dieciséis años estudiando los grandes textos de psicología y filosofía que recogen las profundas y vastas enseñanzas de Buda sobre la mente, no escuché otra cosa que no versara sobre cómo mejorar a los seres humanos; sobre las causas que han producido nuestra pérdida de valores y de confianza en nosotros mismos y sobre cómo revertir esa situación hacia una transición positiva. Debemos abordar nuestra propia psicología sin disfraces ni engaños. Al estudiarnos a nosotros mismos no solo veremos lo que somos, sino que nos daremos cuenta de lo más importante de todo: lo que podemos llegar a ser.»


«La clave en la vida es la calidad de nuestra experiencia, nuestra capacidad de estar despiertos ante todo lo que sentimos, vivimos y sucede a nuestro alrededor.»


«Buda enseñó que no importa lo confundidos o engañados que podamos estar en un momento determinado, porque la naturaleza esencial y profunda de nuestro ser es clara y pura. Esto significa que «todos tenemos el potencial para desarrollarla» y alcanzar una percepción cristalina de lo que somos. Todos podemos ir más allá de la limitada y pobre visión que tenemos de nosotros mismos. En eso se basa la iluminación, en percibir en profundidad cuál es la verdadera naturaleza de la realidad y de nosotros como individuos.»


«Es imposible despertar si no somos honestos o sinceros con nosotros y con la vida que llevamos.»


«Llevamos a cuestas muchos años de pensamientos erróneos que terminan por distorsionar la visión que tenemos sobre nuestra personalidad y el mundo que nos rodea. No nos damos cuenta de que las cicatrices son, en realidad, las marcas de nuestros logros. «Tú, tú mismo, en la misma medida que cualquiera en el universo entero, mereces tu amor y afecto», dijo Buda. Debemos tratarnos con bondad para no destruir la relación que tenemos con nosotros mismos. Si amar es querer a las otras personas con sus defectos y sus virtudes, ¿por qué no empezamos por amarnos a nosotros mismos?»


Logra la felicidad genuina


«Uno de los dramas más grandes es que perseguimos la felicidad donde no está y esto nos crea desaliento y frustración, porque no encontraremos nunca lo que estamos buscando. Ya en el siglo VIII, el gran sabio indio Shantideva dijo: «Queriendo escapar de él, nos hundimos en el sufrimiento. Aspiramos a la felicidad, pero, por ignorancia, la destruimos como si fuera nuestro enemigo.»


«Grábatelo. Ni el dinero, ni el poder, ni la fama, ni las posesiones que puedas conseguir son garantía de que la vida te resulte fundamentalmente más fácil, más llevadera y feliz. Nos enfocamos en tenerlo todo y, si algo nos falta, pensamos que es el fin. Igualmente, cuando las cosas van mal, cuando no salen como nosotros habíamos planeado o como hubiésemos querido que fueran, intentamos cambiarlas, pero volvemos a equivocarnos, porque nuestro control del mundo exterior es limitado, temporal y, a menudo, ilusorio.»


«Cuanto más busques la felicidad fuera de ti, más te alejarás de ella.»


«La felicidad que obtenemos a través de los sentidos está condicionada. Nuestro bienestar, nuestros trabajos, nuestros bienes, nuestras relaciones, nuestra belleza, incluso nuestra salud está condicionada porque dependen de muchas causas y condiciones, y no tenemos ningún control sobre ellas. Los objetos de los sentidos en los que ponemos nuestras expectativas son transitorios y, si basamos nuestra felicidad en ellos, experimentaremos sufrimiento tarde o temprano.»


«Poner todo tu empeño en frenar el cambio, cuando es algo inevitable, será lo que te hará sufrir. El budismo entiende que la fuente genuina tanto de la felicidad como del sufrimiento se encuentran en la mente y, por tanto, no podemos encontrar sus causas fuera de ella. Cuando comprendamos que esto es verdad habremos dado el primer paso hacia la felicidad natural no condicionada.»


«Es verdad que todos tenemos diferentes temperamentos y personalidades, que sobre nosotros pesan factores hereditarios, la influencia de los valores y la convivencia familiar, una socialización determinada y una historia de vida única. Pero, por otro lado, el potencial de la mente humana también pesa, como también qué vamos a hacer con ella. Nuestras cualidades humanas son increíbles, así que tenemos que desarrollarlas para experimentarlas en su mayor nivel y ser verdaderamente felices.»


Todo está conectado


«Todo está conectado, porque el universo está regido por la ley de causa y efecto. Esta afirmación tiene implicaciones que condicionan cada día, hora, minuto y segundo de nuestras vidas. La ley de causa y efecto es como el andamio que sostiene los cimientos de nuestra realidad. Nada funcionaría si esta ley no existiese. Según este principio, todo resultado depende de una causa. Pero no de una cualquiera, sino de una causa concordante con el resultado que va a producir.»


«Durante muchos años de mi vida, no comprendía la ley de causalidad y culpaba a
las personas o situaciones externas de mis dificultades.»


«Para usar la ley de causa y efecto a nuestro favor, no podemos perdernos en preocupaciones del pasado ni proyecciones de futuro, sino que debemos enraizarnos en el presente, ya que es en él donde podemos crear una nueva realidad. Anclarnos en sueños pasados no cumplidos y en grandes frustraciones nos perjudicará. Hay que avanzar y renovar nuestro espíritu desde el aquí y ahora. Cuando aprendes a manejar cualquier circunstancia, podrás usar las peores experiencias como abono para progresar en tu práctica. Serás capaz de ver todas las situaciones, tanto favorables como adversas, como enseñanzas para tu desarrollo.»


«Recuerdo la afirmación, tan contundente, de uno de mis maestros. «¿Piensas que eres monje por casualidad? Claro que no. La causa para serlo ya existía en ti», me dijo. Todo lo que he vivido han sido las condiciones para que, años después y sin ni siquiera imaginarlo, el camino me llevase a ordenarme como monje budista con su santidad el Dalái Lama. La semilla ya estaba en mi mente, y las causas y condiciones se fueron reuniendo hasta completarse. Así es como funciona la ley de causalidad.»


«Intenta acumular tantos méritos positivos como puedas. Recuerda que todos los gestos cuentan. Hay que poner todo nuestro corazón (y conciencia) en cualquier cosa que hagamos.»


Valora tu vida y afronta el cambio


«Mientras vivamos estaremos sujetos a la naturaleza de la ley de la transitoriedad. No olvides nunca que nada en este mundo es permanente. (…) Esta norma vale para todo: para nosotros, nuestro cuerpo y nuestros estados mentales, y para lo que sucede en nuestro entorno y nos ofrece —o creemos que nos quita— la vida.»


«A pesar de que podemos entender que las cosas cambian, preferimos aferrarnos a la idea de que son permanentes. La prueba de esto reside en nuestras respuestas cuando se acaba una relación, perdemos un trabajo, muere un familiar o nos diagnostican una enfermedad. Algo que no esperamos puede sorprendernos, pero si fuésemos conscientes de la naturaleza transitoria de nuestras vidas podríamos gestionar esas circunstancias, que, si bien son desafiantes, con mayor aceptación y sin tanto desasosiego, miedo, estrés y ansiedad.»


«Todo está en constante movimiento. Esa es la naturaleza del mundo y de los seres que lo habitamos. No existen excepciones.»


«Tampoco tenemos la completa certeza de que lo que estamos viviendo sea el mejor o el peor momento de nuestra vida. Puedo decirte que esto son solo juicios que hacemos sin basarnos en algo sólido y coherente. Nunca sabrás qué es mejor para ti hasta que no llegues al final del camino. Lo mejor es fluir con el cambio porque, en realidad, no tienes otra opción si deseas avanzar. Tu actitud mental va a definir lo que a continuación será tu vida, y solo dependerá de ti, de nadie más.»


«Cuando no nos apegamos a las cosas, a las personas o a las situaciones, cuando no nos identificamos con los aspectos de nuestra mente y dejamos que todo surja y desaparezca aceptando todo tal cual es, siendo totalmente conscientes de que todo es transitorio, de que todo va y viene, y todo está en cambio constante, podemos permanecer en paz en todo momento.»


La muerte, una transición más


«La muerte es parte de la vida. Debemos integrarla como un aspecto más de ella, ya que es inevitable e incierta. Tarde o temprano nos moriremos. Por tanto, ahora que estamos aquí, deberíamos hacer todo lo posible para que cada día sea realmente significativo. De esta manera, cuando llegue ese último instante, no tendremos nada de lo que arrepentirnos y podremos sentirnos en paz pensando que hemos existido desde la verdad.»


«Para una persona que practica las enseñanzas de Buda, la muerte se vuelve una gran consejera: tenerla presente nos ayuda a establecer nuestras prioridades. Nos recuerda que la vida no es eterna y que, por tanto, debemos aprovechar el tiempo que tengamos para abrir nuestro corazón, desarrollar nuestras cualidades innatas y ser felices. No es ningún misterio que el tiempo de vida es finito. Cada instante es completamente efímero. Es como si estuviésemos descendiendo por un enorme tobogán. Durante el descenso, nunca retrocedes, siempre bajas y cada vez te acercas más al final. Por ello tiene sentido que disfrutemos de cada momento.»


«No vamos a vivir indefinidamente, pero solemos actuar como si así fuese.»


Deja de sufrir (tanto)


«Existen una serie de aflicciones mentales que nos hacen sufrir e impiden que seamos felices. Las más importantes son el deseo ansioso, la aversión o el enfado, la ignorancia, el orgullo y la duda afligida. Aunque hay muchas más, estas son las «aflicciones raíz» porque de ellas nacen otras, como la frustración, el rencor o el miedo.»


«Por educación, hemos aprendido a avergonzarnos y culpabilizarnos de sentir cierto tipo de emociones, pero esto solo le añade leña al fuego. Debes saber que sentir las aflicciones es común a la mayoría de los seres humanos. No hay nada de lo que avergonzarse ni culparse. La mayor parte del dolor humano es innecesario porque es autocreado. Las emociones negativas se vencen enfrentándonos a ellas, usando el análisis y desarrollando el autoconocimiento. En este sentido, la meditación nos ayudará. Puesto que estos procesos no siempre son fáciles, tengamos muchísima paciencia con nosotros y con los demás.»


«La causa principal de la mayoría de nuestros problemas se encuentra en nuestra mente.»


«Hay muros en nosotros que no deberíamos haber construido. Desde muy temprana edad nos hemos repetido como un mantra «soy así», «no puedo cambiar» o «esta es mi forma de ser». Estas expresiones son excusas susurradas por tu propia ignorancia que no quiere que veas quién eres realmente. Porque si te dieras cuenta de que eres un ser hecho de amor, compasión, generosidad y paciencia, destruirías en mil pedazos esa ignorancia. La forma de empezar a plantarle cara es que comiences a fomentar estas virtudes en ti y las nutras a diario.»


«Tenemos la capacidad de sobreponernos incluso a las circunstancias más difíciles.»


Enciende tu corazón


«La humildad hará que salgamos de ese círculo vicioso del yo para prestar atención a los demás con una sonrisa y escucharlos siempre que lo necesiten. Hay quien lo llama inteligencia emocional. Incluso hay quien piensa que las personas verdaderamente humildes son las mejores ciudadanas del mundo.»


«Ser paciente tiene que ver con utilizar el poder de la mente. Lo más fácil es reaccionar con enfado ante una ofensa. Lo más difícil, pero también lo más acertado, es resistir con calma aplicando la paciencia. Esta actitud nos protege y nos ayuda a controlar nuestras reacciones manteniendo la calma interior. Además, la paciencia hace que podamos reflexionar para entender por qué la persona que nos ha herido ha actuado de esa forma.»


«Nuestras mejores maestras pueden ser aquellas personas que nos enfurecen.»


«¿Crees que no puedes ser alegre? Puede que no te definas como tal y que consideres que con la que está cayendo en el mundo, como para sentirse alegre… Pues bien, pensar así es un error. En tu mano está empezar, primero, por fijarte en lo que está bien y no en lo que está mal. Si aprendemos a fijarnos más en los ejemplos positivos, podemos experimentar mayor alegría. Debemos celebrar la vida intensamente, hacerlo con entusiasmo, y quedarnos con el disfrute consciente de las pequeñas cosas. La suma de todas ellas comprende, casi siempre, nuestro día a día.»


«Perdonar no es olvidar, pero sí nos permite deshacernos de las actitudes destructivas que nos atan al pasado y no nos dejan mirar hacia delante. El perdón hace que salgamos del círculo vicioso de la culpa y del resentimiento, tan agotadores y difíciles de sobrellevar en nuestro día a día. Todo el mundo tiene capacidad para perdonar y reconciliarse. Cuanto más perdonamos, más ligeros nos sentimos. Es como si la losa que pesaba sobre nosotros desapareciese. Es un acto de bondad que beneficia las relaciones humanas, siempre tan complejas.»


«Cuando no hay enemigo dentro de nosotros, los de afuera no nos pueden lastimar.»


Silencia tu mente


«Cuando empecé a meditar, antes de tomar la decisión de ordenarme monje, mi vida era pura agitación. Vivía a una velocidad vertiginosa; mi día a día estaba lleno de responsabilidades, preocupaciones, estrés y ansiedad. Encontrar la meditación fue como encontrar un oasis en pleno desierto, pero, en realidad, la auténtica revelación la descubriría después: ese oasis es uno mismo. La meditación te muestra que no existe un refugio más grande ni más precioso donde puedas descansar que tu propia esencia.»


«Una de las falsas creencias acerca de la meditación es que hay que interrumpir todos los pensamientos hasta lograr que nuestra mente esté en blanco. Esto, además de imposible, sería estar ausente. Todos hemos intentado relajarnos manteniendo la mente en blanco, tratando de poner fin a cualquier pensamiento. Pero esto no nos ayudará en nuestra meditación. A la hora de meditar, la mente tiene que estar presente, alerta e involucrada. Para realizar esta actividad con garantías, no podemos sentirnos dormidos ni anestesiados.»


Sobre el autor


Maestro Lobsang Zopa (Manuel Blanes, Granada, 1956). Arquitecto técnico por la Universidad de Granada. En 2005, cuando era el director de seguridad en una gran obra de viviendas, su horizonte dio un giro radical: la muerte de uno de sus trabajadores le hizo replantearse su vida y convertirse en monje budista. Ordenado por su santidad el decimocuarto Dalái Lama en Dharamsala, Zopa es hoy todo un referente internacional del budismo. 


También discípulo de lama Zopa Rimpoche y de Geshe Lobsang Jamphel, su maestro raíz, es igualmente un profesor reconocido por la Fundación para la Preservación del Budismo Mahayana y titulado en máster de Mindfulness en el contexto de salud e investigación por la UCM. Durante catorce años residió en el monasterio de Nalanda y desde hace más de diez imparte cursos y retiros de Mindfulness, calma mental y Vipassana.


 www.zopa.es 

@venzop






 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL BARRACÓN DE LAS MUJERES, una novela de Fermina Cañaveras que saca a la luz la historia de las mujeres españolas obligadas a prostituirse en los campos de concentración nazis

BAJO LA LUZ DEL ECLIPSE, una novela conmovedora de Mercedes de Vega sobre dos jóvenes unidos por el dolor y la esperanza

Sara Barquinero retrata magistralmente en LOS ESCORPIONES las angustias, anhelos y obsesiones de una generación