Alicia Giménez Bartlett vuelve con LA PRESIDENTA, el primer caso de Berta y Marta Miralles, dos inspectoras que hacen historia


Editorial Alfaguara. 244 páginas

Tapa blanda con solapas: 19,90€ Electrónico: 8,99€


Alicia Giménez Bartlett, ganadora de los Premios Planeta, Nadal, Pepe Carvalho, José Luis Sampedro, Femenino Lumen, Fregene Internazionale, Women Fiction Festival de Matera Award, Grinzane Cavour y Raymond Chandler, presenta en su nueva novela el primer caso de Berta Y Marta Miralles, dos inspectoras que hacen historia. LA PRESIDENTA es una gran novela negra, audaz e impactante, escrita por una autora premiada y con más de 3 millones de lectores en el mundo.


En un hotel de Madrid aparece muerta Vita Castellá una de las políticas más influyentes y populares de nuestro país. Implicada en varios casos de corrupción en la Comunidad Valenciana, debía declarar al día siguiente ante el Tribunal Supremo. Su jefe de comunicación, Salvador Badía, ha sido quien ha encontrado el cadáver y ha avisado a la policía. ¿Muerte natural? ¿Asesinato? En medio de la consternación, se impone la discreción absoluta sobre el fallecimiento hasta que no lleguen los primeros informes policiales.


En las altas esferas políticas hay nervios y miedo a que el caso les salpique. Los resultados de la autopsia son claros: muerte por envenenamiento. El ministro de Interior llama al director nacional de la Policía, Juan Quesada Montilla, y entre los dos deciden que esa información no puede llegar al gran público. Pactan una versión oficial: muerte por infarto, pero para que no haya suspicacias entre los partidos de la oposición inician una investigación paralela condenada a no obtener ningún resultado.


Es entonces cuando deciden que las candidatas ideales para llevar el caso son dos jóvenes inspectoras recién licenciadas de la Academia, con excelentes expedientes, pero sin ninguna experiencia. Las dos mujeres son las hermanas Miralles: Berta y Marta. Las inspectoras Miralles llegan a la comisaría de Valencia, desde donde se coordinará la investigación, y en seguida descubren que las únicas que tienen interés en el caso son ellas. El comisario, el juez… todos parecen preferir que estén en el despacho redactando informes insulsos que realizando una verdadera investigación. La misma sensación ha tenido Badía cuando habló con la policía. El responsable de comunicación, fiel a Vita Castellá a pesar de los defectos y errores de su jefa, teme correr su suerte y quiere averiguar quién ha sido el responsable de su muerte.


Las inspectoras Miralles necesitan ayuda, y la encuentran en Badía, quien les explicará cómo era la presidenta, como así llamaban en sus círculos íntimos a Vita Castellá, y quiénes podrían desear su muerte. La lista es larga porque en los varios mandatos consecutivos de la presidenta la corrupción ha anidado en la Comunidad Valenciana, favoreciendo a unos y dejando caer a otros cuando empezaron a saltar las primeras alarmas.


Las dos hermanas Miralles se enfrentan con su inexperiencia a un complicado caso donde no cuentan con el apoyo de sus jefes, al contrario, deben seguir su instinto e investigar a espaldas de ellos. La camarera del hotel, Manuela Pérez Valdecillas, es un hilo del que tirar pero cuando aparece muerta y se dictamina que es un suicidio, creen que todas las puertas se han cerrado. No obstante, a veces el azar está de su parte y pone en su camino otra línea de investigación, esta vez mediante una joven drogadicta amiga de Manuela, Silvia Orozco. En ese perseguir la verdad e intentar descubrir al asesino o asesina de Vita Castellá, las hermanas Miralles van conociendo las actividades delictivas que se fraguaban en torno a la presidenta, desde comisiones ilegales, tráfico de influencias, enriquecimientos ilícitos, hasta fiestas sexuales de extraña índole. Aunque lo peor es cuando empiezan a comprobar que la separación de poderes se diluye y la corrupción alcanza a los cuerpos policiales y a las altas instituciones. ¿Cómo pueden luchar dos inspectoras novatas contra ello? La voluntad y la vocación las empujan a intentarlo porque, a pesar del sistema corrupto, saben que existe gente que tiene fe en la justicia y lucha por ella. El problema muchas veces es encontrarla.


Entre los naranjos del Maestrat castellonense, los arroces al forn, las cervecitas al sol y las calles de Valencia, Alicia Giménez Bartlett ambienta una trepidante historia con ágiles diálogos, en la que las mujeres rompen tópicos y estereotipos para superar con nota todas las trabas que les surgen. Una historia que a muchos de los lectores les puede remitir a graves y vergonzosos sucesos ocurridos en nuestro país, pero como advierte la autora al lector en la introducción: «aunque algunos elementos de esta novela se inspiran en la realidad, la autora ha dado rienda suelta a su imaginación mediante unos personajes y una intriga de ficción, que no se corresponden en ningún caso con personas ni hechos reales.»


Los personajes de LA PRESIDENTA


Vita Castellá Vivía en Valencia y fue presidenta de la Comunidad Valenciana durante varias legislaturas seguidas. De aspecto contundente, alegre y con cierta tendencia a beber más de la cuenta y a gustarle las mujeres, era a la vez dura y manejaba el poder a su antojo para beneficiar a sus amigos o hacer la vista gorda.


Berta Miralles Es la mayor de las dos hermanas Miralles. Disciplinada, íntegra y policía de vocación. Ha volcado su vida en el trabajo tras sufrir un desengaño amoroso del que todavía no se ha recuperado. Arisca y seca con próximos y extraños, esconde bajo esa apariencia una gran fragilidad; no obstante, el sentido de justicia le hace sobreponerse para lograr sus objetivos. Con su hermana conforma un tándem de investigadoras perfecto.


Marta Miralles Dos años menor que su hermana Berta, Marta es una mujer alegre de treinta años a quien le gusta gozar de los placeres de la vida. Es ingenua e intrépida y si ha de lanzarse sobre un sospechoso o amenazar a los testigos no lo duda ni un instante. En ocasiones parece que todo es un juego para ella, por lo que en algunos momentos su hermana duda de su vocación como inspectora, pero descubrimos en Marta Miralles a una mujer empoderada que se siente libre.


Salvador Badía Jefe de prensa de Vita Castellá: muy cercano a la presidenta a pesar de no ser un hombre del partido. Badía le era fiel y protegía su imagen, pero nunca llegó a participar en sus chanchullos. Tiene miedo de sufrir la misma suerte que su jefa y se alía con las inspectoras Miralles para resolver el caso. Es gay e igual que Berta sufrirá por su relación amorosa.


Juan Quesada Montilla Director Nacional de Policía. Le falta tan solo un año para jubilarse y, a pesar de su vocación, su cercanía al poder le ha convertido en la persona de confianza que se encarga de resolver los casos incómodos. Eficaz y diligente, no duda en tomar medidas cuando son necesarias.


Pedro Marzal López Jefe Superior de la Policía de la Comunidad Valenciana. De origen valenciano y cuarenta y siete años, es simpático y le gusta disfrutar del buen comer, del buen beber y de una buena conversación. Imaginativo, rápido y decisivo. Juan Quesada es su superior.


Pepe Solsona Comisario de la comisaría de Russafa (Valencia), hombre de confianza de Pedro Marzal y encargado de supervisar la investigación de las inspectoras Miralles. Su prepotencia le ciega ante los avances de las inspectoras.


Adolfo García Barbillo Juez afín ideológicamente al partido, a punto de jubilarse y conocido por su mal carácter y su aspecto dejado. Hombre anticuado y misógino, al que las inspectoras Miralles tienen que informar de sus pesquisas.


Sobre la autora


Alicia Giménez Bartlett (Almansa, Albacete, 1951) es autora de ensayos como El misterio de los sexos y La deuda de Eva, pero es conocida especialmente por sus novelas, entre las que destacan Exit, Caídos en el valle, Vida sentimental de un camionero, Una habitación ajena (Premio Femenino Lumen 1997), Secreta Penélope, Donde nadie te encuentre (Premio Nadal de Novela 2011) y Hombres desnudos (Premio Planeta 2015). Con Ritos de muerte inició la serie protagonizada por la inspectora Petra Delicado, a la que han seguido once títulos más y cuyo éxito le ha valido premios como el Women Fiction Festival de Matera Award, el Grinzane Cavour, el Fregene Internazionale, el Raymond Chandler, el Pepe Carvalho de Novela Negra y el José Luis Sampedro de Getafe Negro. Con LA PRESIDENTA, llega a Alfaguara Negra la gran autora española del género policiaco. 


 

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