Alfredo Gómez Cerdá gana el XVI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil con una novela sobre el maltrato
Alfredo
Gómez Cerdá se ha alzado con el XVI Premio Anaya con el
manuscrito Ninfa
tonta.
Una obra dirigida a lectores a partir de 14 años protagonizada por
una adolescente que comienza a escribir un diario como medida
terapéutica para superar una relación tóxica.
La protagonista de la novela, Marina, está saliendo con Eugenio, un chico que le impone su voluntad, la aparta de sus amigos y le controla las redes sociales. Pero un día él corta la relación, ante la incomprensión de Marina, que sigue enamorada de él a pesar de lo mal que la trata. A raíz de esa ruptura, uno de los amigos de Eugenio se acercará a ella buscando algo más que amistad.
Una novela que habla del amor en la adolescencia, del maltrato psicológico y físico en la pareja, y de la incapacidad para apartarse de aquello que nos hace daño. Una historia realista que plantea un problema muy actual mediante una voz narrativa verosímil y sin concesiones.
La protagonista de la novela, Marina, está saliendo con Eugenio, un chico que le impone su voluntad, la aparta de sus amigos y le controla las redes sociales. Pero un día él corta la relación, ante la incomprensión de Marina, que sigue enamorada de él a pesar de lo mal que la trata. A raíz de esa ruptura, uno de los amigos de Eugenio se acercará a ella buscando algo más que amistad.
Una novela que habla del amor en la adolescencia, del maltrato psicológico y físico en la pareja, y de la incapacidad para apartarse de aquello que nos hace daño. Una historia realista que plantea un problema muy actual mediante una voz narrativa verosímil y sin concesiones.
Sobre
el autor
Alfredo
Gómez Cerdá nació en 1951 en Madrid. Licenciado en Filología
Española por la Universidad Complutense, se siente poderosamente
atraído por la literatura desde muy joven. En sus comienzos alterna
la narrativa con el teatro. Poco después descubrirá la literatura
infantil y juvenil, que en esos momentos estaba prácticamente
despertando en España después del letargo de la dictadura, y se
sentirá fascinado por el nuevo camino.
Su
forma de escribir es concisa, clara, cautivadora, incisiva y potente.
Busca la sencillez narrativa: decir lo justo con las palabras
adecuadas. Piensa que la sencillez, necesaria cuando se escribe para
niños, es el estilo más difícil que existe, y el más hermoso. Él
mismo asegura: "Siempre he pensado que la finalidad última del
libro es provocar preguntas. No lanzarle una batería de preguntas al
lector, sino conseguir que él mismo, removido por lo que está
leyendo, las genere y, si puede, que las responda, que se las
responda”.
Por su obra literaria ha recibido más de veinte premios y numerosos reconocimientos. Destacan: Premio ASSITEJ de teatro por La guerra de nunca acabar; Premio Cervantes Chico otorgado a toda una trayectoria y votado por alumnos, maestros y expertos literarios; Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Barro de Medellín y Premio Hache por El rostro de la sombra, concedido por votación de los propios lectores. También ha sido reconocido fuera de España: Il Paese dei Bambini (Italia), White Ravens (Alemania) en varias ocasiones, y la Lista de Honor del IBBY. En 2018 ha sido el candidato español a los prestigiosos premios internacionales Hans Christian Andersen y Alma.
Por su obra literaria ha recibido más de veinte premios y numerosos reconocimientos. Destacan: Premio ASSITEJ de teatro por La guerra de nunca acabar; Premio Cervantes Chico otorgado a toda una trayectoria y votado por alumnos, maestros y expertos literarios; Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Barro de Medellín y Premio Hache por El rostro de la sombra, concedido por votación de los propios lectores. También ha sido reconocido fuera de España: Il Paese dei Bambini (Italia), White Ravens (Alemania) en varias ocasiones, y la Lista de Honor del IBBY. En 2018 ha sido el candidato español a los prestigiosos premios internacionales Hans Christian Andersen y Alma.
El
jurado
El jurado del XVI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil ha estado integrado por Pedro Mañas (escritor y ganador de la convocatoria anterior), Lola Gallardo (librería Rayuela de Sevilla), Julio López (colegio Cervantes de Fuenlabrada), María José Solano (colaboradora en Zenda Libros) y Pablo Cruz (editor de Anaya Infantil y Juvenil y presidente del Jurado). A esta edición se presentaron 233 originales procedentes de España, Latinoamérica y EEUU.
Los integrantes del jurado afirmaron que la obra destaca por “ser una novela literariamente coherente y con mucha fuerza”. Se trata de “una historia introspectiva sobre el amor adolescente, el dolor, la amistad, los celos, la furia… En la que la voz del narrador se sitúa en un lugar sin perspectivas, sin juicios de valor, en una gama de grises muy interesantes”. Además, señalaron que “es una novela que remueve, con un final que sorprende y deja sobrecogido, y con la que el adolescente podrá tanto evadirse como enfrentarse a la vida”.
Premio Anaya
El Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, dotado con 12.000€, se convoca anualmente con la intención de estimular la creación de obras en castellano dirigidas a lectores de entre ocho y catorce años. Desde 2004, cuando se convocó por primera vez, se premia la originalidad, la calidad literaria y la estética, con el fin de divulgar obras que aviven la afición a la lectura entre los más jóvenes, ayudando a su crecimiento interior y al desarrollo de la imaginación y de la creatividad.
En ediciones anteriores, este premio ha recaído sobre importantes firmas del panorama literario español, y varios de los libros han sido posteriormente avalados por otros galardones de prestigio como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (Una habitación en Babel, de Eliacer Cansino y Cielo abajo, de Fernando Marías), el Premio CCEI (La noche más oscura, de Ana Alcolea), el White Ravens (La noche más oscura,Alma y la isla, de Mónica Rodríguez y Apestoso tío Muffin, de Pedro Mañas), el Premio de la Crítica de Asturias (En un bosque de hoja caduca, de Gonzalo Moure) y el Premio Fundación Cuatrogatos (La voz del árbol, de Vicente Muñoz Puelles y La sonrisa de los peces de piedra, de Rosa Huertas.
El jurado del XVI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil ha estado integrado por Pedro Mañas (escritor y ganador de la convocatoria anterior), Lola Gallardo (librería Rayuela de Sevilla), Julio López (colegio Cervantes de Fuenlabrada), María José Solano (colaboradora en Zenda Libros) y Pablo Cruz (editor de Anaya Infantil y Juvenil y presidente del Jurado). A esta edición se presentaron 233 originales procedentes de España, Latinoamérica y EEUU.
Los integrantes del jurado afirmaron que la obra destaca por “ser una novela literariamente coherente y con mucha fuerza”. Se trata de “una historia introspectiva sobre el amor adolescente, el dolor, la amistad, los celos, la furia… En la que la voz del narrador se sitúa en un lugar sin perspectivas, sin juicios de valor, en una gama de grises muy interesantes”. Además, señalaron que “es una novela que remueve, con un final que sorprende y deja sobrecogido, y con la que el adolescente podrá tanto evadirse como enfrentarse a la vida”.
Premio Anaya
El Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, dotado con 12.000€, se convoca anualmente con la intención de estimular la creación de obras en castellano dirigidas a lectores de entre ocho y catorce años. Desde 2004, cuando se convocó por primera vez, se premia la originalidad, la calidad literaria y la estética, con el fin de divulgar obras que aviven la afición a la lectura entre los más jóvenes, ayudando a su crecimiento interior y al desarrollo de la imaginación y de la creatividad.
En ediciones anteriores, este premio ha recaído sobre importantes firmas del panorama literario español, y varios de los libros han sido posteriormente avalados por otros galardones de prestigio como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (Una habitación en Babel, de Eliacer Cansino y Cielo abajo, de Fernando Marías), el Premio CCEI (La noche más oscura, de Ana Alcolea), el White Ravens (La noche más oscura,Alma y la isla, de Mónica Rodríguez y Apestoso tío Muffin, de Pedro Mañas), el Premio de la Crítica de Asturias (En un bosque de hoja caduca, de Gonzalo Moure) y el Premio Fundación Cuatrogatos (La voz del árbol, de Vicente Muñoz Puelles y La sonrisa de los peces de piedra, de Rosa Huertas.
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