EL BARRACÓN DE LAS MUJERES, una novela de Fermina Cañaveras que saca a la luz la historia de las mujeres españolas obligadas a prostituirse en los campos de concentración nazis


Editorial Espasa. 504 páginas

Rústica con solapas: 20,90€ Electrónico: 9,99€


Fermina Cañaveras desvela en EL BARRACÓN DE LAS MUJERES la historia de las mujeres españolas obligadas a prostituirse en los campos de concentración nazis durante el Tercer Reich. Uno de estos campos, Ravensbrück, fue la culminación de un proyecto basado en atentar contra los derechos de las mujeres: abortos forzados, esterilización, prostitución. La novela está basado en la historia real de Isadora Ramírez. una joven española deportada a Ravensbrück, donde fue destinada al burdel del campo.


«Esta novela está hecha de retales de muchas mujeres que llevan demasiado tiempo en el olvido. Algunas consiguieron sobrevivir y han vivido con la sensación de haber perdido tres guerras: la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y la más dolorosa, la del olvido. Sarah Helm decía que «ignorar Ravensbrück no solo es olvidar la historia del campo de concentración mismo, sino también la de las mujeres».


Esta novela es la consecuencia de sus vivencias, de sus miedos, de sus silencios, de sus sentimientos y de sus sensaciones. Es el trabajo de muchas horas de investigación por mi parte que ha finalizado en un homenaje a todas las que permanecieron en la sombra, que pasaron a la historia como las grandes perdedoras; por eso, hoy más que nunca, es tan necesario reivindicar el derecho a recordar.


Solo puedo decir: gracias infinitas por vuestro coraje y valentía. Deseo que no caigan en el olvido esas guerras perdidas. Por fin hemos conseguido ganar la cuarta, la nuestra. Va pues este libro por vosotras, por todas las mujeres que, tras probar las mieles de la libertad, tuvieron que probar la hiel de la tiranía: ya sabéis quiénes sois, tanto las vivas como las muertas.


Gracias por confiarme vuestras vivencias.»


Fermina Cañaveras


  • Fermina Cañaveras es historiadora y ha documentado la novela de forma exhaustiva.

  • La destrucción de documentos del campo de Ravensbrück, al final de la guerra, la ha llevado a escoger la ficción histórica para explicar —y llenar huecos— de este episodio olvidado.

  • Por la novela desfilan personajes históricos y otros surgidos de la imaginación de la autora, que bien pudieran haber sido reales por su volumen psicológico y perfecta integración en los hechos narrados.

  • La protagonista es Isadora Ramírez, un personaje real fallecido en 2008. Era una mujer con grandes convicciones políticas y sólidos valores familiares que la llevaron a vivir una extraordinaria y dramática aventura con apenas diecisiete años.

  • Su drama personal empezó en el verano de 1939, cuando cruzó la frontera con Francia en busca de su hermano Ignacio, que desapareció durante la Guerra Civil. Comenzó entonces una búsqueda desesperada en la que vivió los peligros de la Resistencia, una detención, la tortura y un viaje con destino desconocido en un vagón de ganado.

  • Esta novela es un grito que busca concienciar sobre la violencia ejercida contra las mujeres, sobre la realidad del campo de concentración de Ravensbrück, donde muchas mujeres fueron obligadas a prostituirse durante el Tercer Reich. Es un homenaje a todas quienes permanecen todavía en la sombra, a las grandes perdedoras de la historia.


El barracón de las mujeres retrata las vidas de varias mujeres, como Isadora, en el campo de concentración. Llevaban tatuado en el pecho las palabras alemanas «FELD-HURE» —puta de campo, en español— junto con su número de reclusa y el triángulo invertido negro reservado a las lesbianas y a las prostitutas deportadas. El tatuaje era una forma de que nunca olvidaran aquella deshumanización y degradación.


El libro nació casi por casualidad, cuando Fermina Cañaveras estaba preparando su trabajo de fin de carrera, que trataba sobre la organización en la clandestinidad del Partido Comunista en Madrid.


Carmen, una de las antiguas militantes a las que entrevistó, le contó lo que sucedió en Ravensbrück, a unos 90 kilómetros de Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial. Las deportadas más jóvenes, guapas y aparentemente sanas eran elegidas para ser esclavizadas como «putas de campo».


El barracón de las mujeres es una novela sobre los derechos de las mujeres, la sororidad y la capacidad de resiliencia incluso en el infierno.


APROXIMACIÓN TEMÁTICA

Yo, Isidora Ramírez García, que perdí mi nombre cuando abandoné España junto a mi madre, Carmen, y a mi tía Teresa, en 1939, en busca de mi hermano Ignacio, voy a contarte mi historia, María. Para que sepas quién soy y quién era tu abuela, y todo aquello que reunió a nuestras familias durante la Guerra Civil para separarlas después. Sabrás de sus pérdidas, que fueron las mías, del dolor inhumano y las lágrimas constantes… Y lo que pasó cuando nuestros destinos se separaron y yo me convertí en una de las prostitutas del campo de concentración de Ravensbrück, un lugar lleno de puentes y palomas blancas, cuyas plumas se ensuciaron de sangre y semen por dos razones: la simple y llana supervivencia y la lucha incesante, con armas escasas, contra el fascismo.


Quieres saber del campo de concentración infame que atentó contra la vida de miles de mujeres; ahí está la historiadora que eres, María, y que nunca ejerció como tal, pero la periodista en la que te has convertido, entre vasos de whisky, demasiados, y que aún busca una identidad que le niegan los secretos de familia, lo que quiere saber realmente es qué esconde la caja de los dolores feos.


Tres días, María, tres días y podrás abrir esa caja en la que, al contrario que en el mito clásico, la esperanza no ha buscado refugio, sino que voló de rama en rama para posarse a las puertas del puerto de Vigo, de una calle de París; se quedó enredada en las alambradas de Ravensbrück, regresó malherida a las puertas de la pensión Soledad y allí cantó de nuevo por la libertad, las mujeres, los oprimidos y la revolución.


Personajes reales y ficticios, un horror inimaginable, pero también amistad, resistencia y fraternidad componen esta novela de la que no se sale inmune sobre los perdedores de la guerra de españa y su exilio a infiernos donde la crueldad es incomprensible incluso desde la más profunda de las insanías

NOTAS EDITORIALES Y NARRATIVAS


La novela está formada por dos relatos en primera persona unidos por un personaje común: Isadora Ramírez. El primero de esos dos hilos narrativos se sitúa en Madrid, en 2008. Cuenta el descubrimiento de la fotografía de una «puta de campo», una esclava sexual de los nazis, y la investigación posterior de María, la narradora de estos capítulos, una historiadora y periodista en horas bajas. El otro hilo abarca desde el final de la Guerra Civil, en Madrid, hasta la caída del Tercer Reich, en el campo de Ravensbrück, y su narradora es Isadora Ramírez.


El barracón de las mujeres se estructura en tres partes, con treinta y un capítulos en total, correspondientes a la narración de Isadora Ramírez, con algunos apartados intercalados con la voz de María. Esta última es la narradora de los seis capítulos iniciales, que forman una larga introducción a la historia de Isadora, y de los dos capítulos que cierran el libro a modo de epílogo. Las tres partes son:

  • Primera parte. Descenso a los infiernos. Del 1 de abril de 1939, día que pone fin a la Guerra Civil, hasta la detención de Isadora en París a finales de 1941.

  • Segunda parte. El infierno. De la llegada a Ravensbrück, en enero de 1942, hasta la liberación del campo, el 30 de abril de 1945.

  • Tercera parte. El purgatorio. De la liberación de Ravensbrück al regreso a Madrid de Isadora, en el otoño de aquel 1945, tras pasar por Francia.


A través del trabajo de las historiadoras María y Carla en la novela, Fermina Cañaveras reproduce parte del proceso real de investigación que ella misma siguió para reconstruir la historia de las feld-hure —las putas de campo— en Ravensbrück. Cita algunas de las fuentes y archivos consultados. A ese trabajo documental debemos añadir las entrevistas personales de la autora con algunas de las supervivientes del campo. Una combinación que le ha servido para realizar una recreación de aquel episodio histórico de un realismo y verosimilitud escalofriantes.


En las próximas páginas ofrecemos una galería de personajes muy resumida. En la novela hay muchos y muy bien definidos, tanto reales —la mayoría— como de ficción. La autora los ha dotado de una notable profundidad psicológica. La protagonista, Isadora, es todo un hallazgo narrativo e histórico, una vida que Fermina Cañaveras rescata de un injusto olvido.


El relato en primera persona de Isadora es desgarrador. La autora no omite escenas duras y las describe con crudeza y sensibilidad, sin caer en una morbosidad que sería ajena al espíritu de la novela. Fermina Cañaveras pone al lector frente a los monstruos que surgieron en aquellos años y en aquel lugar, desde las guardianas sádicas a los médicos enloquecidos e inhumanos, que realizaron experimentos que escapan a cualquier consideración científica o moral. En este sentido, destaca el papel de Vicenta, que se ve obligada a colaborar con los médicos del campo y que, al mismo tiempo, realiza una impagable labor de ayuda a las presas enfermas y heridas.


Las prisioneras que fueron obligadas a prostituirse no habían ejercido como tal antes de llegar a este campo. Debían dar un servicio gratuito al Tercer Reich, la oposición estaba penada con la muerte.


LOS PERSONAJES DE FICCIÓN


MARÍA

Licenciada en Historia, trabaja como periodista. Le gusta investigar historias olvidadas, sobre todo de mujeres represaliadas a lo largo de la última mitad del siglo XX. Es su trabajo y su pasión. Desde niña escucha a su abuela, militante del Partido Comunista de España y una gran defensora de las libertades de las mujeres, contar multitud de vivencias que ha hecho suyas y compartido con el gran público. Pero la María inquieta y con ganas de hacer justicia desapareció cuando empezó a consolarse en la barra de cualquier bar, tomándome unas cuantas copas. Cada noche brindando por su declive personal. Su jefe, ESTEBAN, la presiona mientras María considera que ha perdido el olfato, el deseo y el afán de seguir contando, y eso se nota a la hora de escribir.


SOLEDAD HIDALGO

Abuela de María. Antigua militante del Partido Comunista en la clandestinidad, cuando muere, al principio de la novela, en su velatorio no hay flores, solo un ejemplar de Memoria de la melancolía, de su adorada María Teresa León. Durante años había regentado una pensión en la calle de Atocha, que se convirtió en la casa familiar. Antes de su fallecimiento se había roto la cadera, accidente que le permite reanudar su relación con Isadora, una vieja amiga. Soledad guarda muchos secretos de los años de la Guerra Civil, la posguerra y el franquismo.


CARLA

Novia de María. Su relación se ha ido deteriorando en el último año por el alcoholismo de María. Las broncas son continuas. Se conocieron en la facultad, en primer curso. Ambas sentían la misma pasión desmesurada por la historia. Cuando muere Soledad, Carla se convierte, de nuevo, en un firme apoyo de su compañera. A diferencia de María, que soñaba con poder hacerlo, Carla ha conseguido dirigir sus pasos hacia la investigación y la docencia. Es experta en historia, simbología y propaganda nazi.


CARMEN

Madre de María e hija adoptiva de Soledad. Vive en Burgos. Alguien la abandonó en la puerta de la pensión siendo un bebé y Soledad decidió hacerse cargo de ella. Más adelante tuvieron desencuentros que marcaron los últimos años de su relación. Ha vivido toda su vida en la incertidumbre, haciendo preguntas de las que no obtenía respuesta. Su familia se ha caracterizado siempre por no hablar demasiado.


ALBERTO MÁRQUEZ

Historiador. Fue profesor de Carla y de María, que acuden a él en busca de datos y posibles fuentes para llevar adelante la investigación sobre Isadora Ramírez y las «putas de campo».


«La historia, por desgracia, está contada en su mayoría por hombres; siempre se ha hablado de exilios, guerras, campos... desde el sufrimiento de los hombres,

pero ¿qué pasa con el de las mujeres? ¿Por qué existe esta tendencia al olvido de la memoria de nuestro país y sobre todo de la de las mujeres?»

Isadora Ramírez


LOS PERSONAJES REALES


ISADORA RAMÍREZ GARCÍA

Madrid, 1922–2008.

Protagonista y una de las narradoras de El barracón de las mujeres. La conocemos en dos momentos distintos de su vida: en la vejez, en 2008, poco antes de su muerte, y en su juventud, tras la Guerra Civil, el exilio en Francia y durante los años de cautiverio en Ravensbrück. Hija, nieta, hermana y sobrina de republicanos, cruzó la frontera con Francia, en 1939, en busca de su hermano Ignacio, un soldado republicano desaparecido. Se enroló en la Resistencia hasta que fue detenida, deportada a Ravensbrück y asignada al burdel del campo.


MARIA RADU

Polonia, 1919–Ravensbrück, 1943.

Presa polaca, también prostituida en Ravensbrück. Hablaba muy bien el español, lo había aprendido de las compañeras del barracón. Le gustaba conversar con todas, era buena con los idiomas y no le costaba aprenderlos. Maria se convirtió en el primer apoyo de Isadora cuando la destinaron al burdel.


CONSTANZA MARTÍNEZ

Madrid, 1917–Barcelona, 1997.

Luchadora incansable. Se exilió en Francia, en donde conoció a Isadora. Miembro de la Resistencia, fue detenida y deportada a Ravensbrück. La experiencia de la deportación dejó una dolorosa huella en su salud. Sin embargo, esos problemas no le impidieron seguir con la labor de difusión de su experiencia y llegó a ser vicepresidenta del Amical de Mauthausen.


NEUS CATALÀ

Els Guiamets (Tarragona), 1915–2019.

Miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña durante la Guerra Civil. Fue una de las supervivientes del campo de concentración de Ravensbrück. Formó parte del «comando de las gandulas», mujeres que consiguieron inutilizar las balas que se fabricaban allí. Neus fue la fundadora del Amical de Ravensbrück. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, había realizado una intensa actividad para que nunca se olvidasen los nombres de las que murieron y de las que sufrieron cautiverio en aquel campo.


ELISA GARRIDO

Magallón (Zaragoza), 1909–Toulouse (Francia), 1990.

Sobrevivió a varias cárceles, a tres campos de concentración —entre ellos Ravensbrück—, a torturas y a tratos inhumanos. La violaron y le sacaron el feto que llevaba dentro. Elisa provocó la explosión que inutilizó la fábrica nazi de obuses del Comando Hafag, al que había sido destinada como esclava de guerra por los alemanes. Dedicó su vida a ayudar a quienes habían pasado por la Resistencia y a quienes habían sido deportados.


CATHERINE DIOR

Granville (Francia) 1917–2008 Callian (Francia).

Resistente francesa, enrolada en una unidad de inteligencia franco- polaca. Tuvo muy mala suerte, puesto que fue arrestada en la víspera de la liberación de París, en 1944. Torturada, fue deportada a Ravensbrück. Sobrevivió. Su hermano, el famoso modisto Christian Dior, creó en 1947 un perfume en su honor y en recuerdo de sus compañeras de Ravensbrück: Miss Dior.


DANIELLE CASANOVA

Córcega, 1909–Auschwitz, 1943.

Se trasladó desde Córcega a París a estudiar Odontología, en 1927. Al estallar la guerra estaba casada y trabajaba en un periódico. Era un pilar fundamental para los exiliados republicanos en la capital francesa y para el Partido Comunista, en el que militaba. Se convirtió en el principal apoyo para Isadora y su familia cuando se instalaron en París. Detenida en 1942, fue deportada a Auschwitz un año después. Allí trabajó en la enfermería y murió de tifus.


También conocemos a la familia de Isadora. Su padre, ANTONIO, murió durante la batalla de Brunete, su abuelo fue fusilado, su hermano desapareció al final de la guerra y su madre, CARMEN, y su tía TERESA la acompañaron en su exilio a París. Huyeron a través de la frontera catalana, con identidades falsas proporcionadas por la red clandestina del Partido Comunista. Además, Isadora nos habla de la represión en Madrid, de las delaciones interesadas, las detenciones arbitrarias, las torturas, las humillaciones y los fusilamientos de gente muy cercana.


Nuevos personajes se incorporan a la galería en París. Fermina Cañaveras realiza un retrato muy vívido de la vida en la capital francesa y del funcionamiento de las redes de exiliados. Entre otros, Isadora destaca a VICENTE LÓPEZ TOVAR (Madrid, 1909–Toulouse, 1998), un enlace del PCE que poco después se convertiría en el «coronel Albert», uno de los mandos de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, encuadrada en la Resistencia. Naturalmente, por la novela desfilan también los responsables del campo. Destacamos, entre otros, al sádico doctor LUDWIG STUMPFEGGER (1910-1945), muerto mientras huía de Alemania, y a la guardiana MARIA MANDEL, la Bestia (1912–1948), ejecutada en Polonia.


RAVENSBRÜCK (I). EL CAMPO


Entre 1933 y 1945, la Alemania nazi y sus aliados establecieron más de 44.000 campos y otros lugares de encarcelamiento, incluidos los guetos. Los utilizaron para diversos fines: trabajos forzados, detenciones, asesinatos en masa y prostitución. Entre estos lugares se encontraba Ravensbrück, «el campo de la denigración, de la violencia de género, de la trata, el campo de mujeres», según Fermina Cañaveras.


Ravensbrück era el campo más grande para mujeres en territorio alemán y el segundo de Europa después de Auschwitz. Las autoridades del Reich comenzaron a construirlo en noviembre de 1938, utilizando prisioneros procedentes del campo de concentración de Sachsenhausen. Las primeras deportadas fueron unas cincuenta prostitutas detenidas en Berlín y alrededor de novecientas prisioneras trasladadas desde Lichtenburg.


En 1941, las SS establecieron un campo adyacente para hombres. Fundamentalmente, eran los encargados de sacar los cadáveres de las cámaras de gas y amontonarlos para que las mujeres los recogieran y los llevasen a los hornos crematorios. A finales de 1942, el campo de hombres se amplió.


Al principio, la zona central del campo se compuso de una calle y dos hileras de barracones con capacidad para tres mil prisioneras. A partir de 1940 se amplió la zona de mujeres, abarcando cinco hileras de barracas en cuatro calles. De unas 130,000 prisioneras que pasaron por el campo, se calcula que murieron 50.000 y otras 15,000 sobrevivieron hasta la liberación, de las cuales unas 200 eran españolas.


RAVENSBRÜCK (II). EL INFIERNO


FELD-HURE

Mujeres obligadas a ejercer la prostitución, las putas del campo. Las guardianas las elegían a su llegada a Ravensbrück. Las judías estaban excluidas. Fueron una pieza más de la maquinaria de guerra nazi. Eran violadas entre quince y treinta veces al día. Además de soldados y oficiales, eran «premios» para los capos, presos que colaboraban con los guardias.


CONEJAS

Mujeres que, debido a las violaciones que sufrían en el campo, se quedaban embarazadas. La mayoría eran Feld-Hure. Estas mujeres pasaban a un barracón específico en el que eran sometidas a experimentos médicos tanto ellas como los fetos y las criaturas recién nacidas.



EXPERIMENTOS MÉDICOS

Las Feld-Hure padecieron también supuestos experimentos médicos. Otras deportadas, sobre todo judías y gitanas, pasaron por los pabellones médicos donde eran sometidas a aberraciones pseudocientíficas como inyectarles esperma de chimpancé para comprobar si podían procrear híbridos de mujer y mono o meterles ratones vivos en la vagina. Sufrían injertos óseos y las utilizaron para probar la eficacia de la sulfani-lamida. A algunas les extirpaban y reimplantaban partes del cuerpo para comprobar su recuperación.


REINAS DE LAS TRINCHERAS

Así llamaban a las mujeres más jóvenes, la mayoría niñas y adolescentes, que eran encerradas en una zona específica llamada Uckermak, en un campo anexo a Ravensbrück. Se construyó en 1942 y su objetivo era reeducar a homosexuales, celebrar fiestas sexuales y preparar a futuras prostitutas del burdel.

Sobre la autora


Fermina Cañaveras nació en Torrenueva (Ciudad Real) en 1977. Es licenciada en Geografía e Historia y diplomada en Turismo por la UNED, y diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de Castilla-La Mancha. Dedica su vida a la investigación desde hace once años. Su trabajo está centrado en el área de mujeres y la represión durante los conflictos del siglo XX, en el Centro de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la UNED. Colabora con asociaciones como la Recuperación de Memoria Histórica, Fundación FIDGAR o Aranzadi, entre otras. El barracón de las mujeres es su primera novela.




 

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