DEJA DE TRATARTE COMO EL CULO, un libro de Lorena Gascón para llevarte mejor contigo mismo, valorarte de una vez y cuidarte como te mereces


MR Ediciones. 232 páginas

Rústica con solapas: 18,90€ Electrónico: 8,99€


DEJA DE TRATARTE COMO EL CULO es el libro que tu salud mental quiere que leas para que empieces a valorarte de una vez y a cuidarte como te mereces. Lorena Gascón, @lapsicologajaputa, a través de ejercicios prácticos y una serie de casos ficticios, acompaña al lector en estas páginas para ponerle límites a la voz cabrona interior. Es un libro práctico, dividido en capítulos estructurados que comienzan con un caso ficticio del que desgrana las razones por las que nos tratamos mal. Terminan con ejercicios para aprender a cuidarnos mejor y recomendaciones de libros, canciones, películas, series y artículos para consolidar aún más las ideas que trata. Lorena asegura que no sustituye la terapia psicológica, pero sí puede servir como un complemento de esta, gracias a los tips que facilita, siempre con su toque de humor.


¿Te imaginas cómo sería tu vida si pudieras ver las cosas desde otra perspectiva? ¿Si aprendieras a detectar manipulaciones y protegerte de ellas? ¿Y si tuvieras los recursos necesarios para enfrentarte a lo que te da miedo? Igual tu día a día sería un poco más fácil, ¿no?


CARTA DE TU YO CABRÓN


1. DE UNICORNIOS Y ARCOÍRIS

Aprender a cuestionar creencias chungas

sobre el perfeccionismo

Aprender a tratarte bien cuando fallas

Aprender a motivarte desde el autocuidado


2. ECCEHOMO MAL RESTAURADO

Aprender a cuestionar creencias chungas sobre el cuerpo

Aprender a reconocer el valor de todos los cuerpos,

tengan la forma que tengan

Aprender a tratar el cuerpo con cariño


3. TU VOZ CABRONA

Aprender a cuestionar creencias chungas relacionadas

con la voz cabrona

Aprender a traducir tu voz cabrona

Aprender a hablarte con cariño


4. CONTIGO NO, BICHO

Aprender a cuestionar creencias chungas sobre los límites

Aprender a detectar manipulaciones

Aprender técnicas asertivas


5. DE TU CEREBRO NO PUEDES HUIR

Aprender a cuestionar creencias chungas sobre el miedo

Aprender a cambiar la forma de ver el miedo

Aprender herramientas para enfrentar el miedo


CARTA DE TU YO NO TAN CABRÓN



DE UNICORNIOS Y ARCOIRIS


Procrastinar, por si no estás familiarizado con la palabra, es el «hoy no,

mañana» de toda la vida. Es decir, dejar para mañana lo que puedes

hacer hoy, postergar o aplazar cosas. Vamos, lo que todo ser humano

hace en su vida casi a diario y quien diga que no, miente.


Postergar obligaciones se puede ver reflejado en dejar para el último

momento estudiar ese examen, entregar ese informe o pedir cita para la

ITV. Hay personas que se organizan y hacen un poco cada día, o tienen

en cuenta las fechas a largo plazo para pedir cita adónde sea necesario

si conoces a alguien así, cuídalo—, y luego estamos la mayoría, entre

los cuales nos encontramos Carlos y yo, que lo dejamos todo para el

final o directamente ni lo hacemos.


Fíjate, y no nos pasa eso de necesitar procrastinar cuando estamos a

gusto con nuestros amigos, de vacaciones o tumbados con nuestro gato.

En esos momentos no tenemos ningún problema. Normalmente

sentimos la necesidad de procrastinar cuando tenemos que hacer algo

que nos supone un esfuerzo, que es una obligación —es decir, algo no

elegido por nosotros— o que sentimos que no tenemos los recursos

suficientes para hacerlo bien.


Si a esto se le suma que no tenemos ocasiones de ocio o de placer que

nos hagan sentir bien, como le pasa a Carlos, la vida se convierte en una

obligación gigante con patas y lo único que queremos es salir corriendo.


Procrastinar o aplazar obligaciones a veces no es necesariamente un problema ni es insano. De hecho, en alguna situación nos puede dar el descanso que necesitamos para tomar perspectiva. El problema viene cuando esta procrastinación es tan frecuente que nos limita o afecta nuestra vida, como le pasa a Carlos, ahísínecesitamos cambiar la forma de ver las cosas.


Hola, soy tu yo cabrón de nuevo. Séque al leer esto igual estás sintiéndote comprendido, pero túy yo sabemos que lo tuyo no es tomar perspectiva ni hostias. A veces eres un verdadero ganso y por eso tengo que meterte caña para que espabiles.


Bueno, yo cabrón, entiendo que seas asíde chungo para motivar a nuestro querido lector, pero de esta manera solo motivas a mandarlo todo a cagar. La gente necesita descansar y ser algo perezosa para ser productiva en otros momentos. Mejor no hacerle ni caso. Mira, te voy a explicar las cinco razones por las que solemos procrastinar con frecuencia.


¿Crees que haces algo insano en tu día a día para ser mejor o más perfecto?


No

No sabe, no contesta


¿Te imaginas que llevas toda la vida sufriendo por alcanzar unos objetivos que pensabas que eran normales, pero que resulta que no lo son, y encima son bastante insanos? Vale que a veces nuestras vidas se vuelven muy muy complicadas y tenemos que llegar a hacer cosas insanas para poder sobrevivir, pero no me refiero a eso, me refiero a todas esas cosas que llegamos a hacer para ser mejores o para que nos quieran más y que no son nada sanas para nuestra salud mental.


APRENDER A CUESTIONAR CREENCIAS CHUNGAS SOBRE LOS LÍMITES


¿Pones los límites que te gustaría?

No

No sabe, no contesta


Ojalá todos aprendiéramos desde pequeños a responsabilizarnos de

nuestras mierdas y a no responsabilizarnos de las de los demás. Es

prácticamente imposible tener una relación sana con otra persona si

tratas de cubrir sus necesidades o tratas de que cubra las tuyas. ¡Ojo! Yo

aquí no estoy promoviendo el individualismo, es maravilloso que

compartas espacio y tiempo con otras personas, pero lo sano es hacerlo

teniendo claros tus derechos y responsabilidades en la relación para no

hacer daño a los otros.


En una relación sana, ya sea familiar, de amistad o de pareja, las

personas se pueden apoyar y cuidar mutuamente, pero no es bueno

para ninguna de las partes responsabilizarse del malestar ajeno.


Si eres una persona que se responsabiliza del malestar de los demás o

haces cosas por los demás que en realidad no quieres hacer, es posible

que tengas a tu yo cabrón haciendo de las suyas con algunas creencias

chungas.


Así es, aquí está tu querido némesis. Vengo a expresarte unas ideas de

mierda que te hacen manipulable.


¡Genial! Nuestro querido lector y yo las vamos a cuestionar una a una.

Aquí van cinco de las ideas chungas de tu yo cabrón. Ya sabes que, si la

primera respuesta es un no, no hace falta que sigas contestando.


¿Piensas que esto es cierto?

No

No sabe, no contesta


¿Has conocido a alguien o has aprendido algo sobre un sitio

desconocido en el último mes?

No

No sabe, no contesta


¿Sabes que se pueden crear conexiones en el cerebro y reorganizar las

anteriores incluso a los ochenta y noventa años, es decir, que puedes

aprender cosas nuevas?

No

No sabe, no contesta


¿Piensas que creer que no puedes aprender nada nuevo dificulta

precisamente ese aprendizaje?

No

No sabe, no contesta


No nos engañemos, lo normal es que nos digamos de todo menos

guapos y que nos tratemos regulinchi. Además, si a nuestra tendencia

autoflagelante le sumamos toda la información a la que estamos

expuestos a diario en la que se nos recuerda incansablemente que

tenemos que ser mejores en todo, lo normal es que se nos olvide que

somos de carne y hueso, que somos frágiles, que nos rompemos, que

necesitamos tiempo, que tenemos nuestras mierdas y, sobre todo, que

necesitamos cariño y apoyo”.



Sobre la autora


Lorena Gascón es licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia. Después hizo varios másteres, uno de Profesorado de Secundaria y otro de Psicología General Sanitaria, y acabó especializándose en Mindfulness y Compasión.


Además de ejercer como psicóloga y ser ponente en conferencias, comparte todo lo que sabe sobre salud mental en redes sociales a través de su cuenta @lapsicologajaputa.  332 mil seguidores en IG


Es autora de Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí? (2023), que ya han leído +50.000 de lectores   



 

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