Benito Olmo firma su novela más ambiciosa con TINTA Y FUEGO, una trama de aventuras, repleta de acción, sin altibajos, de ritmo adictivo y con un gran giro final.


N de Novela. 480 páginas

Tapa dura con sobrecubierta: 21,90€ Electrónico: 8,99€


TINTA Y FUEGO es la novela más ambiciosa hasta la fecha de Benito Olmo, resultado de la investigación del saqueo literario perpetrado por los nazis, responsables del robo de cientos de bibliotecas durante la Segunda Guerra Mundial.


Greta es una reputada buscadora de libros raros y valiosos, aunque su popularidad ha caído en picado debido a la desaparición de una primera edición de Borges que debía tasar. Ahogada por las deudas y la desconfianza de sus allegados, acepta un encargo insólito: encontrar la biblioteca de la familia Fritz-Briones, perdida durante la Segunda Guerra Mundial.

La investigación la conducirá hasta Berlín, donde constatará que los nazis llevaron a cabo el mayor robo de libros de la historia, pero también algo más: alguien está asesinando a bibliófilos, libreros y coleccionistas de todo el mundo para tratar de reconstruir la mítica Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, que fue saqueada y escondida por el Tercer Reich.

Greta no podrá resistirse a este giro en la investigación. ¿Qué amante de los libros ignoraría el rastro de la legendaria colección? Poco importa que su vida pueda estar en peligro; lo que no sabe es que esta aventura la llevará a descubrir una verdad sobre sí misma para la que, quizás, no esté preparada.


ARGUMENTO DE TINTA Y FUEGO


Greta es una buscadora de libros: inspecciona bibliotecas, pone en contacto a coleccionistas con vendedores y caza ejemplares raros y valiosos. Su meticulosidad y su buen hacer la han convertido en una de las mejores en su campo, y en todas las librerías de Madrid, desde la cuesta de Moyano hasta el barrio de las Letras, han oído hablar de ela. Al menos, hasta que tuvo lugar el incidente con el Borges robado .


Desde que una primera edición de una novela de Borges desapareció durante una de sus tasaciones, su reputación ha caído en picado y Greta se ha visto obligada a trabajar de librera para mantenerse a flote. Sin embargo, todo cambia cuando un viejo colega le propone un encargo insólito: ayudar al señor Fritz-Briones a encontrar su biblioteca familiar, robada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El único hilo del que tirar es un exlibris y un cuento infantil que perteneció a su abuelo y que han recuperado gracias a la mediación de la Zentral- und Landesbibliothek, una de las bibliotecas públicas más grandes de Alemania.


Nadie se aventuraría en la búsqueda con tan pocas pistas, pero la tarifa que propone el señor Fritz es demasiado golosa como para no intentarlo, así que Greta pone rumbo a la capital alemana. Alí, centrará su investigación en la biblioteca donde apareció el ejemplar y conocerá a Oleg, una de las personas que se encargan de devolver los libros robados a sus legítimos dueños.


En su primer encuentro, el bibliotecario le explica que los nazis levaron a cabo un saqueo sistemático y pormenorizado de obras de arte: cuadros, esculturas y, por supuesto, libros. Bajo las órdenes del intelectual Alfred Rosenberg, expropiaron miles de bibliotecas pertenecientes a judíos y se hicieron con un valioso botín. Su objetivo era crear una gran biblioteca que contendría todo el conocimiento del mundo, como la de Alejandría.


En la actualidad, Oleg y sus compañeros se dedican a devolver los cientos de miles de libros rescatados a sus dueños o, en caso de que ya no estén, a sus legítimos herederos. Para conseguirlo, trabajan una base de datos pública en la que comparten los títulos que están investigando, con fotos de las anotaciones, de las dedicatorias y de cualquier otro detale que pueda hacerlos reconocibles a ojos de su propietario o sus descendientes.


Cuando Greta emprende la investigación, se da cuenta de que algo no encaja. Alguien sigue sus pasos muy de cerca y, además, algunos de los bibliófilos más reputados del mundo también están rondando las cales de Berlín, en busca de algo. Gracias a Oleg, descubre el secreto: según los expertos, entre las miles de bibliotecas saqueadas por los nazis se encontraba la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, con más de siete mil libros entre los que se incluían un gran número de incunables italianos, ediciones príncipe, manuscritos de la Edad Media o tratados sobre astronomía y botánica. Su valor es incalculable y su paradero, completamente desconocido.


Oleg leva años estudiando el posible porvenir de la biblioteca perdida y, si sus cálculos no falan, la colección mi lonaria podría estar más cerca de lo que piensan. Greta y el bibliotecario se ponen manos a la obra para dar con ela, pero hay alguien que ha sido más rápido que elos: Stratos, el misterioso bibliófilo que está tratando reconstruir la fastuosa biblioteca y que está dispuesto a matar a todo aquel que se interponga en su camino. Cada vez que encuentra un ejemplar de su interés, asesina a su dueño, roba los libros que le laman la atención y prende fuego al resto de la biblioteca para ocultar sus pasos. Si Greta y Oleg no se dan prisa, elos podrían ser los siguientes.


«Al final, un libro vale lo que alguien está dispuesto a pagar por él. Como tantas cosas en la vida».


UN MILLÓN DE LIBROS ROBADOS: EL SAQUEO NAZI DE LAS BIBLIOTECAS EUROPEAS


TINTA Y FUEGO parte de una historia real: durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis perpetraron el mayor robo de libros de la historia. Durante el conflicto, saquearon miles de bibliotecas de toda Europa con el objetivo de preservar el mayor conocimiento posible sobre el judaísmo. De esta forma, podrían estudiar la filosofía de sus enemigos y combatirlos de manera más eficaz.


Esta operación estaba orquestada por Alfred Rosenberg —uno de los principales ideólogos del nazismo—, que en 1933 fue el jefe del Servicio de Asuntos Exteriores del Partido Nazi, la unidad que se encargó del expolio de obras de arte a los judíos. Rosenberg enviaba a sus hombres alí donde hubiera presencia judía para que desmantelaran bibliotecas y colecciones privadas sin piedad. De esta forma, los nazis saquearon bibliotecas de toda Europa: Francia, Polonia, Holanda .


Como se explica en la novela, una de las acciones más destacadas fue el robo de la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, que era, junto a la Biblioteca del Colegio Rabínico, una de las dos bibliotecas judías más importantes de Italia. Los nazis saquearon ambas en el año 1943. En 1947, una vez terminada la guerra, parte de la Biblioteca del Colegio Rabínico regresó a Roma, pero la Biblioteca de la Comunidad Judía había desaparecido. Según los investigadores, el tren que contenía los siete mil valiosos ejemplares que conformaban la colección nunca legó a Alemania.


En el año 2002, el gobierno italiano creó una comisión especial compuesta por historiadores, documentalistas y oficiales del gobierno con el objetivo de estudiar el paradero de la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma. La comisión estuvo en activo durante nueve años y actuó en varios países de Europa. Una vez finalizada su investigación, publicó un informe de 43 páginas con resultados poco concluyentes: es posible que los 7000 ejemplares que componían la colección se encuentren en algún lugar de Rusia o al sur de Polonia. Lo único que está claro es que, a día de hoy, la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma sigue desaparecida.


TINTA Y FUEGO potencia al máximo su riqueza histórica a través de un uso inteligente de los distintos escenarios, líneas temporales y puntos de vista de los personajes. Con un estilo sobresaliente, que pone de manifiesto una exhaustiva labor de documentación, el autor logra una narrativa muy ágil, en la que la acción y las aventuras se integran perfectamente con el contexto histórico.


UN LIBRO SOBRE LIBROS


En TINTA Y FUEGO están todos los elementos que esperamos encontrar en una buena novela de aventuras: una incógnita por resolver, mucha acción y una trama muy ágil, que nos mantiene pegados a las páginas desde el principio. Ahora bien, hay otro elemento clave que marca la diferencia y hace que esta historia sea tan especial: el amor por los libros. La bibliofilia es, sin duda, la piedra angular de la novela.


Este amor por los libros se ve reflejado, en primer lugar, en el homenaje que rinde el autor a la labor de los bibliotecarios. Como parte de su proceso de documentación, Benito Olmo visitó la Biblioteca Central de Berlín, donde tuvo la oportunidad de ver de primera mano el trabajo que se leva a cabo para restituir los miles de libros que fueron robados durante la Segunda Guerra Mundial. La titánica labor de los bibliotecarios berlineses que trabajan en el departamento queda retratada con rigor y gratitud a lo largo de la novela.


«Oleg contuvo las ganas de explicarle lo que significaba la presencia de aquel libro en su biblioteca: nada menos que la reparación de una injusticia que había tardado más de ochenta años en resolverse».


Los libreros, sobre todo los especializados en libros de segunda mano, también desempeñan un papel importante. El reconocimiento a su labor traspasa las fronteras de Berlín, ya que en la historia de Greta se hacen muchos guiños a rincones especiales conocidos por cualquier bibliófilo que haya visitado Madrid y se mencionan librerías reales, como la Manuel de Fala, en Cádiz.


«El encanto de remover pilas de libros, el hallazgo inesperado, la excitación de tener entre manos un ejemplar valioso en el que nadie ha reparado antes son elementos demasiado estimulantes como para despreciarlos a la ligera».


LOS GRANDES TEMAS


TINTA Y FUEGO aborda la Segunda Guerra Mundial desde un prisma totalmente novedoso: el saqueo de libros que perpetró el régimen nazi a lo largo del conflicto. Aunque se suele hablar del robo de obras de arte, el expolio de libros es un tema aún desconocido que aporta un enfoque muy diferente a lo que solemos encontrar en novelas que tratan el Holocausto.


La exhaustiva labor de documentación que ha levado a cabo el autor convierte la novela en en un instrumento didáctico de gran valor, ya que despierta nuestro interés por temas fascinantes. Por ejemplo, el proyecto de Rosenberg para construir una suerte de biblioteca de Alejandría que contendría todo el conocimiento del mundo, o el paradero de la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, que sigue siendo un misterio a día de hoy. Con una gran habilidad, Benito Olmo equilibra el contenido histórico con una trama ágil, lena de giros argumentales.


La novela ensalza el poder evocador y sanador de la lectura. A lo largo de la historia, las escenas que describen el momento en el que un ejemplar se entrega a sus legítimos dueños son especialmente emocionantes. En muchas ocasiones, los libros son el único objeto que los descendientes de las víctimas pueden tener como recuerdo de sus seres queridos. Cuando un libro se recupera, se recuperan también los recuerdos asociados a ese ejemplar. Devolver los libros a sus herederos pone en marcha el mecanismo necesario para reparar una injusticia que leva décadas sin resolverse.


«Todo cambió cuando recibimos el Der Struwwelpeter. Fue como si su llegada, de alguna manera, hiciera de catalizador y la liberase del peso de la culpa por haber sobrevivido. Con él en las manos, mi madre se vio capaz de enfrentarse a sus recuerdos».


Además del valor sentimental, Benito Olmo destaca el potencial de los libros como herramienta política. El saqueo pormenorizado de bibliotecas que se levó a cabo a lo largo del conflicto respondía, siempre, a una estrategia política perfectamente orquestada. Por una parte, querían deshacerse de todos los autores y títulos cuyo mensaje era contrario a su ideología. Así, les resultaría más sencilo manipular a la gente. Por otra, tenían el objetivo de conseguir el mayor número posible de tratados sobre judaísmo, para así saber de qué principios partían sus enemigos y poder combatirlos con mayor eficacia. Su objetivo final era cumplir con el deber que se les exigía como raza superior y preservar todos los bienes culturales que había creado la humanidad. De esta forma, tendrían acceso a una de las armas más poderosas: la posesión y el control la palabra escrita.


Uno de los puntos fuertes de TINTA Y FUEGO es su equilibrio entre elementos tan dispares como la bibliofilia, la Segunda Guerra Mundial y las aventuras a contrarreloj. Con una habilidad extraordinaria, Benito Olmo nos traslada a los rincones más bibliófilos del Madrid actual y a los años de la Segunda Guerra Mundial, pero también nos roba el aliento con una trama que no da tregua, nos presenta a una protagonista lena de incógnitas y nos emociona gracias al poder de los libros para reparar grandes injusticias. Estamos, sin duda, ante una novela perfecta para conquistar a lectores de todo tipo: para los bibliófilos, para los que devoran novelas de aventuras o para los que disfrutan descifrando los secretos del elenco de personajes protagonistas.


Los personajes


G R E T A


«Poseía las tres virtudes que, según Honorato de Balzac, caracterizan a un buen coleccionista: “Las piernas del ciervo, el tiempo de los errabundos y la paciencia del israelita”».


Greta es uno de los grandes misterios de la novela. Concienzuda, reservada y solitaria, se trata de una protagonista enigmática, que va desenvolviendo sus capas según avanza la novela. Al principio, conocemos a una mujer que pone su trabajo por encima de todo, como si fuera una gran barrera que nos impidiera ver a la persona detrás de la profesión. Conforme avanza la historia y la frontera entre su trabajo y su vida personal se desdibuja, el lector va desbrozando capas superficiales hasta legar al fondo del asunto. En este momento, será testigo de un inteligente giro argumental que recordará durante mucho tiempo.


O L E G


«Oleg contempló la imagen de una madre y su hijo leyendo aquel cuento infantil, una estampa que había tardado casi ochenta años en materializarse. En ese momento supo que el viaje había valido la pena».


Con su timidez, sus enormes gafas y su profesión, Oleg podría parecer el típico ratón de biblioteca que no tiene mucho más que aportar que sus conocimientos bibliográficos. Sin embargo, estamos ante un personaje muy bien construido, que cuestiona todos los aspectos que se asocian con su arquetipo. Oleg es introvertido y mantiene una actitud relajada, pero también es ambicioso y aventurero, y la historia no sería posible sin su iniciativa y sus ganas de descubrir la verdad.


ENTREVISTA CON Benito Olmo


Todo el mundo ha oído hablar del robo de obras de arte que llevó a cabo el régimen nazi, pero el expolio de libros es mucho menos conocido. ¿Cómo llegaste hasta este tema?


Llegué a este asunto por casualidad, al leer una noticia sobre la restitución de un libro robado por los nazis a tres hermanas escritoras. En la Biblioteca Central de Berlín han descubierto hace poco que una gran parte de su fondo procede del saqueo nazi, bien porque fueron robados o porque sus propietarios los dejaron atrás al emigrar o al ser enviados a los campos de concentración. Han creado un departamento que se encarga de analizar esos libros en busca de exlibris, anotaciones o pistas que puedan conducir a sus legítimos dueños o, en la mayoría de los casos, en sus herederos. Desde un primer momento tuve claro que esta debía ser una historia de amor por los libros y la palabra escrita.


¿Por qué nunca ha recibido la atención que merece?


Nunca se le ha prestado demasiada atención a este asunto, sobre todo porque, en el caso de las obras de arte, su valor es fácilmente cuantificable, algo que no sucede con los libros. La mayoría de los títulos que se encuentran en Berlín son obras comunes, las que cualquiera dejaría atrás si tuviera que salir huyendo. Sin embargo, el valor sentimental de los ejemplares que vuelven a las manos de sus dueños es incalculable.


¿Cómo has logrado acomodar una historia con trasfondo real a una novela de aventuras con acción, giros argumentales y un potente mensaje de amor a los libros?


Desde un primer momento tuve claro que esta debía ser una historia de amor por los libros y la palabra escrita. Sin embargo, me debo al género negro, que me apasiona desde que tengo uso de razón. El desafío era combinar ambos mundos y consolidarlos en una novela con rigor histórico en la que se mezclan personajes reales y ficticios, pero en la que además hay persecuciones, crímenes y un buen número de giros que mantienen la tensión hasta la última página. Si hay que ponerle una etiqueta a Tinta y fuego, creo que encajaría en algún punto entre el thri ler y la novela de aventuras.


Has pasado mucho tiempo documentándote acerca del saqueo de libros e incluso has visitado a los bibliotecarios que trabajan en Berlín y se encargan de restituir los ejemplares robados. ¿Cuál fue tu descubrimiento más sorprendente durante este proceso?


Lo más sorprendente fue descubrir la dimensión del saqueo nazi. Allá donde iban, desmantelaban colecciones públicas y privadas sin piedad. Holanda, Francia, Polonia... Y claro, luego está el caso de Italia. En octubre de 1943, dos trenes partieron desde Roma llevando en su interior la Biblioteca de la Comunidad Judía y la Biblioteca del colegio Rabínico. Uno de esos trenes no llegó nunca a su destino y su paradero sigue siendo un misterio a día de hoy.


En la novela se mencionan muchas librerías y rincones bibliófilos que existen en la vida real. ¿Cómo fuiste eligiendo estos espacios? ¿Nos cuentas cuál es tu librería de segunda mano favorita?


Las librerías han sido una parte imprescindible en mi formación como lector, así que quería rendirles un pequeño tributo en estas páginas. No podría elegir una sola, pero en Tinta y fuego hay un claro homenaje a la librería Manuel de Fala, de Cádiz, un lugar maraviloso que todo amante de los libros debería visitar alguna vez. Se da la circunstancia de que el propietario de esta librería, Juan Manuel Fernández, se jubilará este año, por lo que dentro de unos meses este establecimiento cambiará de dueño y nunca volverá a ser lo mismo. Ese es el motivo por el que ambos, librero y librería, han sido inmortalizados en esta novela y forman parte fundamental de la trama.


La trama está al servicio de una protagonista que, sin duda, sorprenderá a los lectores. ¿Qué características querías insuflarle al personaje de Greta? ¿Crees que forma un buen equipo con Oleg?


Greta es un personaje que bebe del género negro. Atormentada, con una pesada losa emocional a su espalda, que se ha dado cuenta de la peor forma posible de que la gente en la que confiaba le ha dado la espalda cuando más lo necesitaba. Eso la hace estar siempre a la defensiva, alerta y desconfiada ante cualquiera que intente acercarse a ella. Creo que por eso forma un buen tandem con Oleg, un chico bastante ingenuo y confiado, al menos a primera vista, ya que el también alberga un oscuro secreto que descubriremos en la recta final de la novela. El coleccionismo y el libro antiguo son dos de los temas principales de la novela.


Después de documentarte al respecto, ¿crees que es un mundo tan críptico como se muestra en la historia?


He descubierto un mundo fascinante y que se mueve más por las pasiones de unos y otros que por las cifras estratosféricas y las subastas vertiginosas, aunque las hay. He conocido a bibliófilos y coleccionistas de todo pelaje, y me han contado un buen número de anécdotas que he incluido en la narración para tratar de acercar este mundo a los lectores. Espero que los no iniciados lo encuentren tan apasionante como yo, y que los bibliófilos más expertos no vean en Tinta y fuego una intromisión, sino más bien un merecido homenaje al libro antiguo y a las librerías de lance.


Sobre el autor


Benito Olmo es un escritor gaditano nacido en el año 1980. Además de escribir novelas, la mayoría enmarcadas en el género policíaco y criminal, Olmo es autor de audioseries como Desajuste de cuentas y Wonderland. En la producción literaria de Olmo se pueden encontrar títulos como Mil cosas que no te dije antes de perderte, La tragedia del girasol, Los días felices o El Gran Rojo, que se alzó con el premio Novelpol a la mejor novela negra publicada en 2021. A lo largo de su trayectoria, las obras de Olmo han sido finalistas de premios como el Santa Cruz, el Premio Cartagena Negra o el Tormo Negro-Masfarné. Su novela La maniobra de la tortuga ha sido adaptada al cine recientemente de la mano de Juan Miguel del Castillo.

IG: @benito_olmo

TW: @BenitoOlmo



 

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