Cruz Sánchez de Lara da un paso más y nos sorprende con MALDITO HAMOR, un thriller psicológico que aborda un tema poco habitual en nuestra literatura


Editorial Espasa. 536 páginas

Tapa dura con sobrecubierta: 20,90€ Electrónico: 8,99€


Ella tiene una obsesión. Él tiene un objetivo. Un crimen imperfecto los arrastrará a situaciones diabólicas.


Después de la excelente acogida de lectores de su primera novela, Cazar leones en Escocia, Cruz Sánchez de Lara da un paso más y nos sorprende con un thriller psicológico que aborda un tema poco habitual en nuestra literatura. MALDITO HAMOR es una historia llena de ritmo, suspense y nuevamente nos enfrenta a un final sorprendente. Se trata de una novela bien urdida, muy entretenida y absorbente, escrita con una prosa rica y literaria. Cruz Sánchez de Lara realiza un retrato detallado, lleno de emoción, profundidad psicológica y sensibilidad sobre una relación de pareja que deriva hacia el sufrimiento y la toxicidad. Además, sus protagonistas pertenecen a un nivel social, económico y cultural alto. La peor cara de la manipulación de los sentimientos no conoce de clases sociales. En MALDITO HAMOR, Cruz Sánchez de Lara vuelve a demostrar una especial habilidad en la construcción y la descripción de los personajes. Ha creado una variada galería de mujeres de gran fuerza, pese a las circunstancias adversas a las que se enfrentan. La mayoría de los escenarios en los que discurre Maldito hamor son reales y glamurosos. Nos movemos, entre otros lugares, por Madrid, Biarritz, Burdeos, Nueva York, Londres, Viena, París, Islandia y Málaga.



CONSIDERACIONES Y PUNTOS FUERTES.


«El deseo lo vestía todo: la diversión, la necesidad. ¿A quién le importan las desavenencias, los desencuentros o las tensiones? Los malos recuerdos murieron contigo. Seré la custodia, la cancerbera de un relato único, de una historia de pasión desenfrenada, de entrega, de una tormenta de necesidad desgarradora. Lo seré siempre».


La pasión de Clea Castán son las reformas, algo en lo que la joven arquitecta va adquiriendo prestigio poco a poco en su Madrid natal. Hija única de un consultor de éxito y un ama de casa, desde pequeña, la perfección y la belleza que rodean su trabajo y su vida independiente son las máximas que dirigen sus pasos, siempre custodiada por el amor incondicional de sus padres. Pero esta situación idílica va a dar un vuelco hasta un extremo que ni a Clea ni a los suyos se les había pasado jamás por la cabeza. Los ingredientes no pueden ser de mejor calidad: un palacete que reformar en Biarritz, un atractivo aristócrata inglés, un amor apasionado y sensual, y una vida de lujo llena de ambientes de objetos hermosos. Sin embargo, el plato que Henry Astor VI cocina para Clea se sirve frío y es amargo, porque el aderezo lleva celos, obsesión, egoísmo, perversión… y muerte.


Biarritz, Nueva York, Madrid, Londres, Viena son los escenarios de la segunda novela de Cruz Sánchez de Lara, un thriller psicológico que disecciona la psicología del mal amor, del no amor al que ponemos nombre propio, que nos reduce a la nada, que nos hace desear morir o matar, que nos lleva a pozos de oscuros fondos de los que es difícil salir sin la ayuda de la única persona cuyas iniciales deberíamos añadir siempre al amor: las nuestras.


UNA ORIGINAL VOZ NARRATIVA.


La mayor parte de MALDITO HAMOR está narrada en una tercera persona que se focaliza en los personajes principales. Cruz Sánchez de Lara incluye, también, fragmentos de los escritos de Clea en primera persona, sobre su historia de amor con Henry, redactados como si se tratase del obituario de una relación. Utiliza también una poco habitual segunda persona, cuando Clea se dirige a Henry por escrito o hablando consigo misma en voz alta. En conjunto, se trata de una voz narrativa variada, original, de gran expresividad y de un magnífico nivel literario.


MALDITO HAMOR se estructura en un «Exordio» —un escrito de Clea que, por su interés, reproducimos de forma íntegra más adelante— y de tres partes con un total de cuarenta capítulos, que se subdividen en diferentes apartados. Cada parte de la novela se centra en un momento de la vida de Clea ligado a su relación con Henry y se sitúa en un marco temporal concreto: «Parte I. Después de Henry», 2019; «Parte II. Con Henry», 2017; y «Parte III. A pesar de Henry», 2018 y 2019.


Cruz Sánchez de Lara muestra un dominio absoluto de la analepsis. La novela se mueve arriba y abajo en el tiempo de una forma fluida, continua, lógica. Y con un ritmo frenético. Las referencias temporales destacadas suelen ir acompañadas de un salto hacia este hecho o fecha. Cada capítulo o apartado está situado en un lugar y día concretos e identificados en el inicio. Aunque la acción discurre durante los tres años citados, hay menciones puntuales a alguna fecha anterior.

En la novela, Cruz Sánchez de Lara vuelve a demostrar una especial habilidad en las descripciones de los personajes y de los escenarios. Es capaz de sumergir al lector en cualquier ambiente utilizando unas pinceladas precisas que ayudan, además, a completar el retrato de los protagonistas. Es una de las claves de su escritura absorbente: la definición de los personajes a partir de su descripción física, psicológica y emocional, y del entorno en el que se mueven, desde las calles por las que pasean hasta la decoración de sus hogares, pasando por los restaurantes y hoteles reales que frecuentan.


Siguiendo con la escenografía, y como ya sucedía en Cazar leones en Escocia, el lujo en la novela no tiene un carácter exhibicionista. La autora no acumula marcas ni escenarios lujosos —hoteles, restaurantes, etc.— sin valor narrativo. Todos estos elementos ayudan a definir la personalidad de los protagonistas, que actúan con naturalidad en un marco que conocen bien. El lujo está totalmente integrado en la acción.


GALERÍA DE PERSONAJES.


CLEA CASTÁN

La protagonista. Treinta y cinco años. Hija única, siempre se ha hecho cargo de su vida. Su madre compara su carácter con su profesión de arquitecto: «constructor de muros infranqueables, de puentes colgantes que se deshacen bajo los pies y de un perfecto búnker que solo podía ser transitado por las personas que Clea eligiera en cada instante». De complexión menuda y armónica, tiene el pelo rubio y los ojos negros y almendrados. Arquitecta con una carrera que va a más, está especializada en reformas de alto nivel. Completó su formación con un máster en Arquitectura y diseño de interiores, porque le gusta controlar hasta el último de los detalles de sus obras. Tiene mucha personalidad. Es divertida, se apunta a cualquier plan y siempre está rodeada de amigas. Al menos, hasta que inicia su relación con Henry Astor VI. En aquel momento, no se le conocía una relación fija. Clea se cansaba pronto de sus parejas y nunca dramatizó en su vida sentimental. Todos sus novios le habían parecido los mejores durante un tiempo, pero se cansaba pronto. Su amiga Marta la definía como una «monógama sucesiva». Hasta que apareció Henry. Luego vienen las preguntas más importantes: ¿mató realmente a Henry, como afirma en el «Exordio» con el que empieza la novela?, y si lo hizo, ¿por qué lo mató?


HENRY ASTOR VI

Aristócrata británico. Es una atractiva mezcla entre el más puro estilo british y un físico afrancesado que recuerda al Jean Paul Belmondo joven. Está separado de Liz y tiene dos hijos, Albert y Michael, que estudian en Oxford. Conoce a Clea durante la fiesta de inauguración de un piso que ella ha reformado. Henry le encarga la reconstrucción de su palacete, Villa Matin, en Biarritz. Sueña con adquirir unos viñedos en Burdeos y producir un vino exclusivo. Pese a la pasión de sus encuentros sexuales, pronto se hace evidente que la relación de Henry y Clea está llena de desencuentros y ausencias. Los escritos de Clea nos lo retratan poco a poco.


AMALIA BENGOECHEA

Sesenta años, divorciada de un americano de familia rica. Es ingeniera de caminos, aunque ya no ejerce. Trabajó mucho durante muchos años y ahorró para vivir bien de sus inversiones. Hace un año y medio dejó la empresa de la que era directora general. Conoce a Clea desde que era muy pequeña. Es amiga de sus padres, especialmente de su madre, a la que considera como una hermana, por lo que tiene un papel importante en los hechos narrados en la novela. Quizás es la única persona capaz de enfrentar a Clea con la realidad de una forma cruda y directa.


TULIA

La madre de Clea. A sus sesenta años es una mujer tradicional, dedicada a su familia, feliz y conforme con todo lo que tiene en su vida, que no es poco. Estudió Farmacia, con un formidable expediente académico, y trabajó en un laboratorio hasta que se casó. Entonces, y contra el criterio de la familia, renunció a su carrera profesional. Su madre fue su sostén durante muchos años. Ahora lo es Álvaro, su marido. Su historia de amor es un triunfo que ambos llevan a gala tras muchos años de matrimonio. Han conseguido ganarle la batalla a la costumbre y a la desmotivación.


ÁLVARO CASTÁN

El padre de Clea. Exitoso y reputado ingeniero, con una pequeña consultora que canaliza su labor de consejero y asesor de grandes empresas. Algo sordo y ciego a las emociones, según Tulia, sigue la estrategia muy masculina de dejar pasar los detalles por alto para vivir solo lo trascendente. Es menos consentidor que su esposa.


NELLA CARACCI

Protagonista in absentia. Tía de Arthur, el primer marido de Amalia, a la que ha dejado en herencia un piso en Nueva York de cuya reforma se encarga Clea. Fue considerada «la gran señora de Nueva York». Nella fue musa de muchos de los grandes de la moda y su presencia era obligada en cualquier evento que pretendiera contar con el beneplácito de la alta sociedad neoyorquina. Su vida intensa se deja notar en el piso, situado en el Upper East Side, cuyo magnetismo casi esotérico desestabiliza a Clea.


MARTA

La mejor amiga de Clea. Fueron juntas al colegio desde que eran pequeñas y consiguieron mantenerse unidas, después. En su boda, Clea leyó un texto, colaboró en los preparativos y participó en la elección de casi todos los detalles. Marta ocupa un lugar central en el núcleo duro de las antiguas amistades de Clea, mujeres como Mónica, Laura e Inés, que ahora se muestran desconcertadas por la actitud de su amiga desde que conoció a Henry.


DIANA COOK

Inspectora de Scotland Yard. Está al frente del operativo del «caso Astor». También actúa como enlace con la policía española y con la de Nueva York, por un episodio sobre el que nos permitirán que levantemos un muro de silencio para no desvelar más que lo esencial. Sus dos hombres de confianza son Pierce Hustch, un veterano del cuerpo, y el joven Garett Collins, con cierto complejo de Sherlock Holmes. Diana es una mujer pelirroja, de cuarenta y cinco años, que sigue trenzando su cabello como lo hacía en el colegio.


LIZ PORTER

La esposa de la que está separado Henry. Su patrimonio familiar es superior al de su marido. Es una dama de alta sociedad y sabe comportarse como tal, según su ex. Una dura competidora para Clea cuando su sombra se cierne sobre ella en alguna discusión con Henry. Liz, sin embargo, parece haber encontrado de nuevo el amor en la figura de Lionel Evans, gestor, administrador y abogado de la familia Astor.


SOBRE MUJERES EXTRAORDINARIAS

Con Cazar leones en Escocia, Cruz Sánchez de Lara se convirtió en un referente en castellano de lo que los críticos anglosajones llaman women’s fiction. En MALDITO HAMOR retoma la historia de una mujer a punto de transformar su vida tras una profunda crisis emocional. Y va más allá.


Los personajes femeninos son variados, tienen una gran fuerza y ofrecen un amplio abanico de decisiones vitales que afectan a su personalidad y a su papel en la novela. Pertenecen a tres generaciones distintas de mujeres, que reflejan la evolución en el papel que han tenido en la sociedad. Nella Caracci es la gran dama del siglo XX, Tulia y Amalia representan a la madura generación de entresiglos, mientras que Clea y Marta son mujeres del siglo XXI.


«EXORDIO». EL SOBRECOGEDOR CAPÍTULO INICIAL.


Aquel día en que te maté fue el comienzo de muchas cosas. Estaba ya harta de los duelos sin muerto presente y decidí fabricar el mío propio. Cuando todo estaba consumado y organizado, llamé a todos mis amigos, a los que te conocían y a los que habían oído contar cientos de veces la perfecta historia de amor que protagonizamos. También a algunos a quienes no había ni siquiera hablado de ti. Me fui creciendo a medida que contaba la trágica historia de tu muerte, e hice de tu funeral la boda que no tuvimos.

Era domingo aquel 16 de diciembre de 2018. Aún recuerdo ese absurdo tic de mover los pies rozando la vieja madera del reclinatorio de la iglesia con la punta del zapato —conservo esa manía desde la infancia—, mientras escuchaba un «Roguemos a Dios por el eterno descanso de nuestro hermano Henry». En aquel momento perturbador, sentía, junto al frío en la ermita a la que solía ir cuando era niña, el multitudinario vacío de tu adiós y el vértigo futuro de la madurez en solitario; una madurez despojada del abrigo que suponía poder soñar tu presencia inmediata. Ese sueño se quebraba con aquel responso y aquellas miradas de condolencia condescendiente.

Mis padres estaban perplejos. Su tristeza era por mí, no por ti. No te conocían formalmente más allá de aquel día en que coincidimos en el aeropuerto. Yo estaba tan mustia, tan seca, tan muerta a los treinta y cinco que debían necesitar de manera acuciante resucitar a su hija, sin sentir la angustia de no poder devolverle la vida a un cadáver, al cuerpo de un hombre a quien no habían tratado en vida. Tú no eras el protagonista de tu funeral. Lo fui yo en todo momento. Ni estabas ni alcanzaron siquiera a preguntarse por qué no había ido a tus exequias a Londres. Todo era tan surrealista como la subida a los altares de mi pena extrema por tu pérdida irremediable.

En ningún momento sentí remordimiento de conciencia, tan solo las caricias y abrazos de los míos, que me garantizaban el punto de no retorno. D. E. P

Clea Castán


UNA SINOPSIS, DESPUÉS DEL «EXORDIO»


Londres, 2 de septiembre de 2019

La ciudadana española Clea Castán se ha convertido en la protagonista de la investigación más mediática de la policía británica. Su nombre está asociado al «caso Astor», un asunto que ocupa la mayoría de los tabloides en los últimos tiempos y del que se habla en todos los programas de actualidad de la televisión del Reino Unido y algunas de las extranjeras.

Scotland Yard ha encargado a dos de sus mejores especialistas, un experto en perfiles psicológicos y un veterano del cuerpo judicial de forenses, un análisis de la personalidad de Clea, de su comportamiento y de su entorno para evaluar, en la medida de lo posible, la credibilidad de su testimonio y las pruebas psicológicas y circunstanciales que pudieran adverarlo.

El testimonio más esclarecedor es el de Amalia Bengoechea, una amiga de la familia Castán. Conoce a Clea desde que era una niña. Para Amalia, hubo un antes y un después de que Clea conociese a Henry Astor. La madre de la joven siempre pensó que algo no funcionaba bien en aquella relación. No fueron conscientes de que había un problema, ni siquiera el día en que Clea llamó para decirles que Henry había muerto. Aquel 16 de diciembre de 2018, Clea se vistió de viuda, se abandonó y se volvió insoportable.

Madrid, 16 de enero de 2019

El domingo no parece un domingo de los de siempre. Álvaro, el padre de Clea, lleva cuarenta años con las mismas rutinas domingueras que hoy están fallando. Tulia, su esposa, está muy preocupada: apenas saben nada de su hija, que pasó la Navidad sola, en la cama, y sigue vestida de viuda doliente digna de otra época un mes después de la muerte de Henry. Todo ese dolor les parece excesivo.

Sin embargo, una llamada de su amiga Amalia rompe la espiral depresiva que los amenaza. Tiene una idea para intentar sacar a Clea de esa especie de sopor vital en el que se ha ido sumergiendo. Nella Caracci, la tía de su primer marido, un norteamericano, le ha dejado en herencia un piso en Manhattan. La mujer fue una adelantada a su tiempo y Amalia siempre la tuvo como una mentora. Le estuvo, también, agradecida porque tomó partido por ella en su complicado divorcio. Amalia quiere encargarle a Clea la reforma del piso, contratarla como arquitecta. Piensa, además, que, si su hija se va lejos durante una buena temporada, Tulia se relajará al fin.

No saben lo que les espera.


CIUDADES QUE MARCAN VIDAS.


La mayoría de los escenarios en los que discurre Maldito hamor son reales. Y los que no lo son —el piso de Clea o Villa Matin, por ejemplo— están claramente inspirados en lugares existentes y que, en algunos casos, Cruz Sánchez de Lara sitúa en calles conocidas. Por lo demás, los hoteles, restaurantes, cafeterías, teatros —¡el Musikverein de Viena!— que aparecen en la novela son una presencia habitual en las publicaciones de lujo. Como ya hemos señalado, la autora muestra una especial habilidad en las descripciones de esos lugares, integrándolos en los perfiles de los personajes y en la acción.


MADRID

El Madrid en el que se mueve Clea es el de la —digamos— «zona noble» de Chamartín y el barrio de Salamanca. Vive en un quinto piso en la avenida de Pío XII, con vistas del skyline de la ciudad. La casa es una perfecta consonancia entre los muebles básicos de Ikea y las joyas de mobiliario de diseño que ha ido adquiriendo poco a poco o que sus padres le regalan en ocasiones especiales, como la chaise longue LC4 de Le Corbusier de piel de potro. Contrasta con la casa de Tulia y Álvaro Castán, de aire anticuado y un ambiente más rancio que vetusto propio de la decoración recargada —a base de maderas y mármoles— de las viviendas de la clase alta de hace unas décadas. Su último trabajo como restauradora fue en El Viso, también en Chamartín, una colonia desarrollada en los años treinta en la que abundan las casas unifamiliares en pleno centro urbano de la capital.


BIARRITZ Y BURDEOS

Biarritz y Burdeos tienen un papel muy importante en la novela como lugar de amor y desamor de Clea y Henry. Son las dos joyas de la región de Nueva Aquitania, en el sudoeste de Francia. Biarritz ha sido uno de las ciudades balneario más frecuentadas por la aristócrata y la alta burguesía europea desde el siglo XIX. Allí se encuentra Villa Matin, un lujoso y decadente palacete construido en la década de 1920, propiedad de Henry Astor, que Clea debe reconstruir. En ambas ciudades recorremos los restaurantes más lujosos, como el Côté Maison, del Hôtel du Palais, de Biarritz, o, ya en Burdeos, Le Pressoir d'Argent, el dos estrellas Michelin del Grand Hotel Intercontinental, y La Brasserie Bordelaise.


NUEVA YORK

Clea Castán viaja a Nueva York para reformar el piso que Amalia Bengoechea ha heredado de Nella Caracci. Está situado en el Upper East Side, un próspero barrio de Manhattan que incorpora varios vecindarios más pequeños, como Lenox Hill, Carnegie Hill y Yorkville. Situado entre Central Park y el East River, es predominantemente residencial, con casas adosadas y cuidados edificios de apartamentos. Abundan las tiendas caras, los restaurantes exquisitos, las joyas arquitectónicas y los museos como el Guggenheim o el Cooper-Hewitt. El apartamento de Nella está intacto y excesivamente recargado. Alberga casi un siglo de la historia de una mujer que había vivido mucho. Un encargo envenenado para Clea, como acabamos descubriendo.


VIENA

Otra ciudad importante en la relación entre Clea y Henry. Además, recorremos la capital austriaca en su momento de mayor esplendor: la víspera de Año Nuevo, cuando todo el mundo está pendiente de la Sala dorada del Musikverein, escenario del concierto anual de música clásica más famoso. Clea descubre, además, el Baile del Emperador, en el Palacio Imperial, en Nochevieja: «baile, elegancia y champagne», lo definen. Se alojan en el espectacular hotel Palais Coburg, construido en la década de 1840 por encargo de Ferdinand, príncipe de Sajonia-Coburgo; dispone de dos restaurantes, uno de ellos, dirigido por el chef Silvio Nickol, luce dos

estrellas Michelin.


LONDRES

Londres es el escenario clave en la resolución de la novela, puesto que allí se centra la investigación policial por el «caso Astor». La situación exacta del domicilio de Henry es uno de los enigmas de la novela, aunque no cuesta imaginárselo en alguno de los barrios más caros como Kensington, Knightsbridge o Chelsea.


OTRAS CIUDADES, OTROS ESCENARIOS


Clea y Henry recorren varios países más. Hay visitas a Málaga, ya que la familia Castán tiene un ático en La Malagueta con vistas maravillosas. Siempre ha sido el lugar perfecto para las escapadas de Clea. En Maldito hamor también hay tiempo para sumergirse en el Blue Lagoon islandés y para cenar en París, entre otros lugares que les invitamos a descubrir en la novela.


PASIÓN, LUJO, AMOR, SEXO… MANIPULACIÓN.

Cruz Sánchez de Lara realiza un retrato lleno de emoción, profundidad psicológica y sensibilidad sobre una relación amorosa que, poco a poco, deriva hacia una relación tóxica, marcada por una montaña rusa de emociones encontradas.

La autora rompe, además, ideas preconcebidas sobre la manipulación emocional y la clase social o el nivel cultural. El marco en el que se desarrolla Maldito hamor es el de profesionales muy cualificados y miembros de la alta sociedad española y británica. Por eso resulta una novela valiente y poco habitual en nuestro panorama literario. No les ofrecemos más información sobre esta cuestión para no reventar la historia.

En la novela, la interioridad de los diversos procesos emocionales, desde el flechazo y el enamoramiento hasta las dudas y al desamor están narrados desde diversos puntos de vista: uno interior, a través de los sentimientos de los protagonistas, y otro exterior, el punto de vista de su entorno familiar y amistades. Con la inclusión final de la mirada objetiva de la policía, se completa esa visión poliédrica.

Los capítulos situados en Biarritz son de una profundidad y sensualidad estremecedoras. En especial, los narrados por Clea en primera persona, unas páginas a medio camino entre el diario personal y una confesión. «Lo que sucedía entre nosotros empezó a ser tan perverso que nos estaba haciendo adictos el uno al otro al querer jugar a lo fugaz, a lo sexual y al ahora mismo. Ay, mundo loco, que nos ha hecho creer que se puede echar un órdago al presente cuando todos los fluidos de dos cuerpos se baten en una coctelera...»

Sexo, sentimientos, manipulación, culpa… y champagne. Una mezcla inquietante cuando quien agita la coctelera es una escritora tan sensible como Cruz Sánchez de Lara.


OTROS TEMAS QUE ABORDA LA NOVELA.

LA DEPRESIÓN.

«A mi hija se le ha ido la cabeza. Es como lo de Britney Spears hace unos años... », se queja Tulia en un momento de la novela. La descripción de la espiral depresiva en la que cae Clea es uno de los elementos más brillantes de la novela. Como sucede con su relación con Henry, está narrado desde dentro, a través de los sentimientos y el testimonio de Clea, y desde fuera, por sus allegados. El punto más bajo en esa caída tiene por escenario Nueva York. Y es estremecedor.


EL PERFECCIONISMO (DE LAS PROFESIONALES).

El perfeccionismo es uno de los rasgos más destacados de la personalidad de Clea. Ese afán de perfección suele ir acompa-ñado de ansiedad. Más cuando se trata de una mujer joven, en una profesión tan competitiva. Cruz Sánchez de Lara lo subraya cuando nos explica que Clea, además de graduarse en Arquitectura, realizó un máster en Diseño de interiores para controlar hasta el último detalle de sus obras


LA FAMILIA Y LA MATERNIDAD.

La figura de Amalia Bengoechea es una de las más interesantes de Maldito hamor. Su implicación personal y emocional en los problemas de Clea es propia de un familiar cercano. Ella no lo es, pero su amistad íntima con Tulia la ha convertido en tía honoraria que ejerce como tal. ¿Dónde empieza y acaba la familia? Al mismo tiempo, Amalia puede actuar con algo más de objetividad que Tulia, a quien la maternidad la lleva a comportarse de una forma mucho más emotiva.


RELACIONES DE PAREJA.

Además del protagonizado por Clea y Henry, por la novela desfilan otros modelos de relación de pareja. Marta era una «monógama sucesiva», como antes Clea, hasta que encontró a su actual marido y se casó. Amalia está divorciada y no parece dispuesta a cambiar, por ahora, su estatus. Nella Caracci se casó con la alta sociedad neoyorquina. El matrimonio de Tulia y Álvaro sigue tan unido y enamorado como cuando se casaron hace cuarenta años.


Sobre la autora


Cruz Sánchez de Lara es una reconocida abogada y activista en temas relacionados con los derechos humanos y la sostenibilidad. Ha desarrollado programas en diferentes países de África, América y Europa. En 2011 fundó la ONG THRibune for Human Rights que continúa presidiendo. Es patrona de la Fundación Ortega-Marañón. Miembro del consejo y vicepresidenta de El Español, es máster en Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Humanitario por la American University de Washington. También es editora de Enclave ODS y magasIN, los verticales de sostenibilidad y mujeres de El Español. Su primera novela, Cazar leones en Escocia, se publicó en Espasa en 2022 con gran éxito de crítica y ventas.


@cruzslara



 

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