CRISTINA CAMPOS, finalista del Planeta con HISTORIAS DE MUJERES CASADAS, una novela sobre los matrimonios, la rutina conyugal y la complejidad del deseo, del placer y de la intimidad femenina
Editorial Planeta. 464 páginas
Tapa dura con sobrecubierta: 22,50€ Electrónico: 10,99€
HISTORIAS DE MUJERES CASADAS, novela de Cristina Campos que ha quedado finalista del Premio Planeta 2022, es una preciosa novela que ahonda en la intimidad femenina. A medio camino entre Historias de un matrimonio, de Bergman, y las películas de Woody Allen, la novela relata con ternura y sentido del humor la cotidianidad de sus tres personajes femeninos: Gabriela, Silvia y Cósima, mujeres casadas de más de 40 años, madres, independientes económicamente de sus maridos, con vidas estables y serenas pero en las que también hay una velada insatisfacción que terminará por despertar y alterar sus relaciones.
La férrea amistad que comparten sus tres protagonistas supondrá para ellas
un punto de anclaje imprescindible en sus vidas.
Este paradigma empleado por Cristina Campos conquistará a muchas lectoras,
que se sentirán identificadas con las historias, las anécdotas y la desgarradora verosimilitud del relato, que, aunque narrado con aparente ligereza y ningún pudor,
trata los asuntos más delicados y comprometidos de la vida. Así, la generación a la
que pertenecen estas mujeres casadas es aquella que se debate entre la herencia
conservadora de sus padres y las relaciones abiertas del siglo XXI.
«Escucho mucho a mis amigas y sé guardar secretos. El deseo real de las mujeres
casadas me parece un tema hermoso del que se habla poco», aseguraba la autora
a la prensa, tras ser proclamada finalista del Premio Planeta 2022.
SINOPSIS DE LA NOVELA
Gabriela es una mujer casada con un hombre al que quiere. Al que adora. Un
hombre que le mendiga sexo una vez al mes. Y Gabriela, porque le quiere, porque
adora a su marido, sin desearlo, se lo concede. Pero cada mañana, Gabriela se cruza
con un desconocido, un hombre al que, incomprensiblemente, desea.
Gabriela es periodista y trabaja junto a sus compañeras de redacción, Silvia y Cósima, mujeres con las que ha forjado una preciosa y sólida amistad. Como Gabriela, también ellas esconden pequeños secretos a sus maridos.
Entre Barcelona, Boston y Formentera, Historias de mujeres casadas ahonda en la
intimidad de todas ellas y narra el sutil mundo de la infidelidad femenina.
EL ARRANQUE DE LA NOVELA…
Extracto de la primera página.
«Estoy desnuda. Tumbada sobre el pecho de mi amante. Tumbada sobre el pecho
del hombre al que amo. Entrelazo mis piernas con las suyas, mientras él, con sus
manos acogedoras y fuertes, me acaricia el cabello.
Hoy ha sido él quien me ha hecho, lentamente, el amor. A veces soy yo. Casi
siempre somos los dos.
El silencio entre nosotros es denso. Denso y profundo. Los dos sabemos que esta
historia se acaba. Este amor prohibido que llevamos sintiendo todo el año el uno
por el otro llega a su fin. Ha sido un año intenso. Lleno de vida. Lleno de sexo.
De amor. De ternura. De caricias. Sobre todo, un año lleno de inconsciencia.
Trescientos sesenta y cinco días son muchos. Demasiados días amándonos a
escondidas.
Podríamos seguir como estamos. Yo engañando a mi marido y Pablo engañando
a su mujer. Eso es lo que Pablo quiere. Él puede amar a dos mujeres a la vez, pero
yo no sé. No sé amar a dos hombres a la vez. Quizá es que no he sabido separar
el sexo del amor, el sexo del sentimiento »
LOS GRANDES TEMAS:
EL DESEO, EL MATRIMONIO Y LA AMISTAD
«El deseo rompió mi estabilidad emocional. El deseo me traicionó. A menudo me
pregunto por qué. ¿Por qué lo hice? Y me contesto a mí misma algo muy simple: la sed de aventura.»
La infidelidad femenina versus la infidelidad masculina. La novela juega constantemente con la comparación de la infidelidad de ambos sexos. La protagonista, Gabriela, quiere a su marido pero ama a su amante. Y es capaz de mantener esa doble vida intensa durante un año, hasta que se desgasta, física y mentalmente: es incapaz de amar a dos hombres a la vez.
En cambio, Pablo, su amante, es capaz de amarla a ella y a su mujer.
Las relaciones en los matrimonios contemporáneos. La rutina conyugal y el tedio
de la vida cotidiana pesa en el matrimonio. El lector verá cómo las relaciones
conyugales se transforman, ya sea por los años, por la llegada de los hijos o por la
pérdida del enamoramiento. Sin embargo, la novela también refleja, con ternura,
los pactos a los que llegan muchas parejas —por amor por los hijos o por la aceptación del otro durante la difícil convivencia—, la noción de equipo y de amistad
que existe en la relación y los nuevos comienzos tras las crisis.
El deseo femenino. La autora plasma cómo se desvanece el deseo femenino en
el matrimonio. Uno de los capítulos preferidos de la autora, y que ha titulado «La
nobleza del marido», demuestra cómo ellos, sin demasiado esfuerzo, siguen manteniéndose nobles cada mañana a sus mujeres, cómo desean seguir haciéndoles el
amor…, mientras que ellas tienen que buscar fórmulas, imaginar…
La amistad inquebrantable. Gabriela, Silvia y Cósima son amigas de por vida.
Para ellas, esta relación a tres es su mayor refugio, un espacio seguro en el que
comparten confidencias, penas, risas y lealtades. Su amistad no tiene fisuras, las
equilibra y actúa como vía de escape de los problemas que afectan a sus matrimonios
o a las crisis personales que también padecen.
La maternidad y la salud femenina. La autora aborda la maternidad desde varios
puntos de vista. Desde el del amor infinito hacia los hijos, pasando por el de la
madre lactante agotada por su bebé y la dificultad de conciliación hasta el tsunami
emocional que implica la maternidad y las dificultades con las que se encuentran
muchas parejas que quieren tener un hijo y no lo logran.
El mundo de la literatura y el periodismo. Las tres protagonistas trabajan en
una revista cultural femenina llamada La Femme. Historias de mujeres casadas recrea
con verosimilitud el universo periodístico, con innumerables referencias al trabajo
que realizan los periodistas culturales y los de las revistas femeninas, así como el
mundo literario, dejando constancia de la soledad del día a día de los autores, las
ferias literarias y del siempre difícil e introspectivo trabajo de escribir. También hay
espacio para otros ámbitos artísticos, como el arte contemporáneo, a veces ridiculizado, y la moda, a la vez que se abordan asuntos como la fascinación y el erotismo que despiertan algunos escritores entre el público.
LOS PERSONAJES PRINCIPALES: LOS TRES MATRIMONIOS
Gabriela, 45 años. Periodista, madre de un niño de tres años y casada desde
hace más de una década con Germán. Gabriela quiere mucho a su marido. Él
también la ama.
Gabriela, en su rutina diaria, se cruza con un desconocido que la mira… Las
miradas se suceden en el tiempo hasta que se acaban conociendo. Sucede una noche:
un beso. Otro día hacen el amor…, y Gabriela acaba teniendo una doble vida
con él. Una doble vida intensa que el paso del tiempo acabará desequilibrándola.
Porque Gabriela se enamora de él. Se enamora de su amante.
No entiendo la fuerza de mi deseo, porque no recuerdo haberlo sentido así antes. O
quizá sí. Quizá lo sentí con mi marido, pero hace mucho tiempo. Hace demasiado
tiempo. No recuerdo si llevamos casados diecinueve años o veinte, porque mi vida está unida a un hombre al que quiero como compañero, como padre de mi hijo, como mi amigo, como mi mejor amigo. Un hombre al que quiero profundamente, pero al que no amo. Al que no deseo.
Germán, 49 años. El marido de Gabriela. Es un ingeniero naval inteligente,
sensible, algo introvertido y solitario. Quizá le cueste expresar sus sentimientos,
pero quiere mucho a su mujer. Quiere mucho a Gabriela. No se lo demuestra con
palabras sino con hechos. Germán disfruta encerrado en su mundo sin necesidad
de vida social. Con Gabriela, su guitarra Fender y su hijo le basta. Se conocieron
cuando ella lo entrevistó siendo una periodista en prácticas y él un brillante estudiante
de ingeniería naval becado en una prestigiosa Universidad de Boston.
A Gabriela le conmueve que, a pesar de esos veinte años transcurridos, él siga
encontrándola hermosa, que siga deseándola como el primer día o incluso más. A
veces se pregunta cómo es posible que no pierda la ilusión por ella.
Pablo Hausmann, 55 años. Es un tipo inteligente, sensible y un reconocido escritor.
Está casado con una dramaturga argentina, con quien tiene dos hijas. Pablo es ese desconocido con el que se cruza la protagonista cada mañana y que se convertirá en el amante de Gabriela, el gran amor secreto de la protagonista. Pablo ama a Gabriela pero quiere mucho a su mujer y a sus hijas, tanto como Gabriela quiere a su marido y a su hijo. Mostrará a Gabriela la autenticidad de sus sentimientos a la vez que sus debilidades.
«Quiero estar contigo toda la vida, Gabi. Todo lo que nos queda de vida.»
Estas palabras me las dijo, bajito, hace unos meses, mientras se hundía en mí. Le
respondí que yo quería más, que quería dormir a su lado cada noche.
A mis palabras, él ya no respondió.
Silvia, 40 años. Fotógrafa madrileña, casada y madre de dos niños. Silvia es una
de las mejores amigas de Gabriela. No es una mujer ambiciosa en el ámbito laboral,
gana lo suficiente en la revista La Fmme y está a gusto con su nueva vida en
Barcelona, aunque echa mucho de menos a todos los suyos, que viven en Madrid.
La maternidad la desborda… y sabe que en Madrid todo sería más fácil. Su marido
es un bonachón algo torpe que la ayuda como puede…
Silvia entra en el vagón siete y el llanto [de su bebé] se desparrama por él. Siente de
nuevo las miradas ajenas. Comprensibles, sí. Ahora diría en alto: «En cuanto la
vaca pasiega esta en la que me he convertido saque la ubre, el ternero se calla. Estad
tranquilos». Y acabaría también con un «cabrones».
Ese es el estado alterado en el que camina Silvia por la maternidad. Ama y odia a la
velocidad del rayo.
El mayor conflicto de Silvia es que lleva toda la vida negándose un sentimiento
hermoso hacia las mujeres…, porque quizá Silvia sea lesbiana aunque no se atreva
a reconocérselo a sí misma. Y finge sentir algo que no siente cada vez que hace el
amor con su marido.
Salva, 42 años. El marido de Silvia. Es un tipo noble, simpático, buena persona,
muy deportista y sociable. Entrenador de tenis de profesión. Adora a su mujer y la
busca para hacer el amor a todas horas…, y Silvia se deja, fingiendo un amor que
no siente. Salva, solícito él, trata de congeniar con el asocial de Germán siempre
que coinciden. Porque Gabriela y Silvia quieren que sus maridos se entiendan…,
pero no lo consiguen.
Cósima, 30 años. Estilista de origen aristocrático, también trabaja junto con
Gabriela y Silvia en la revista La Femme. Extravagante y romántica, esta millonaria
se casará ilusionada con Bosco, otro joven aristócrata. Su matrimonio le deparará
una desagradable sorpresa en la que también se implicarán sus amigas.
Quizá dada su excesiva altura, quizá dada su carencia de curvas y sus extravagantes
estilismos o su peculiar manera de ser, Cósima de Sentmenat no era afortunada en
el amor, a pesar de ser una mujer noble de rango y de corazón, divertida y honesta.
Tampoco sería afortunada con su futuro marido, pero eso ella no lo sabía todavía.
Ni ella ni, por supuesto, su madre. Que la quería bien, pero la fastidió con tanto
entrometerse en su vida.
Bosco de la Loma-Osorio,33 años. El marido de Cósima. Aristócrata. Escultor de
personalidad atormentada, Bosco mantiene una relación edípica con su madre.
No desea a Cósima, a pesar de los esfuerzos de ella por acercarse a él en todos los
sentidos. Su mujer acabará sospechando de sus escapadas nocturnas orientadas,
según él, a aprovechar sus momentos creativos. Carente de talento, sus comentarios
y su comportamiento distante humillarán a Cósima.
Ahora era Cósima quien lo poseía, porque ahora era Cósima quien lo sobreprotegía y lo amaba incondicionalmente, como lo había amado su madre. En su subconsciente, él interpretó esa boda única y exclusivamente como un cambio de propietaria, de dueña.
Eugenia, 65 años. La jefa de las tres amigas está a punto de jubilarse después de tantas décadas al frente de su exitosa revista que ella misma fundó: La Femme. Casada desde hace cuatro décadas. Madre y abuela, esta veterana periodista sueña con retirarse en su casa de Formentera con su marido. Sin embargo, la vida le deparará una sorpresa cuando creía que, tras retirarse, su destino estaba ya escrito. Un giro hermoso donde se encontrará con un antiguo fotoperiodista vasco…. Porque el
amor y la pasión a partir de los 65 también existen.
Era dura Eugenia, y crítica. Era una mujer muy crítica. Pero Gabriela, Silvia y
Cósima también sabían de sus siempre acertados consejos y sabias palabras.
—Os falta a las tres algo que quizá tenga una connotación negativa —remató la
directora de La Femme, mirándolas una a una—. Pero es necesaria, absolutamente
imprescindible, si se quiere llegar lejos en la vida. —Esperó un segundo y acabó—:
Os falta ambición.
Sobre la autora
Tras regresar a su país natal empieza su carrera laboral en el sector cinematográfico, profesión que compagina con la escritura. Su primera novela, Pan de limón con semillas de amapola, se ha convertido en un longseller con más de 250.000 ejemplares vendidos desde su publicación en 2016. Se ha traducido a diez idiomas
y su adaptación cinematográfica logró un gran éxito de público.
Cristina Campos (Barcelona, 1975) es licenciada en Humanidades por la
Universidad Autónoma de Barcelona. Acaba sus estudios en la Universidad
de Heidelberg, Alemania, donde también trabaja como coordinadora del
Festival Internacional de Cine de dicha ciudad.
Tras regresar a su país natal empieza su carrera laboral en el sector
cinematográfico, profesión que compagina con la escritura. Su primera
novela, Pan de limón con semillas de amapola, se ha convertido en un
longseller con más de 250.000 ejemplares vendidos desde su publicación en
2016. Se ha traducido a diez idiomas. Además, su versión cinematográfica,
dirigida por Benito Zambrano y con guion de la propia autora, logró un gran
éxito de público. La cinta obtuvo la nominación al Goya al mejor guion
adaptado.
La autora, que es una apasionada lectora de escritoras francesas (Annie
Ernaux, Anaïs Nin, Delphine de Vigan, Marguerite Duras), construye una
voz narrativa honesta y generosa que pone el foco en los detalles y nos
regala personajes que beben de la realidad con escenas muy dialogadas,
fruto también de su trayectoria como directora de casting y guionista.
Su conexión con el cine es inevitable, y se nota en los gustos de algunos
personajes —hay referencias a filmes como Vidas cruzadas— y, sobre
todo, en los títulos que utiliza para algunos de los capítulos, como son
Maridos y mujeres, de Allen, Herida, de Louis Malle o Relatos salvajes, de
Damián Szifron.
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