EMILIO MORO 2015. “UNA DE LAS MEJORES COSECHAS DE LA HISTORIA”

Bodegas Emilio Moro, referente de calidad e innovación en la Ribera del Duero, presenta la nueva añada de su buque insignia

Una añada “de parámetros altos” que ha dado como resultado un vino de gran intensidad aromática y volumen en boca

Bodegas Emilio Moro, uno de los máximos referentes del vino de Ribera a nivel mundial, con presencia en 54 países, sigue sorprendiendo al mercado con una calidad que mejora año tras año. Aunque parecía imposible superar el carácter extraordinario de la cosecha 2014, lo cierto es que la añada 2015 de su referencia insignia, Emilio Moro, se presenta como “una de las mejores de la historia” según el equipo técnico de la bodega. “Este ha sido un año de mucha concentración, una añada de parámetros altos” que, unida al esfuerzo de mejora continua de la familia Moro, ha hecho posible un vino rotundo que destaca por su intensidad aromática y por su volumen en boca.

UNA COSECHA FUERA DE LO COMÚN
Desde el mes de abril hasta la segunda quincena del mes de julio las temperaturas fueron más elevadas de lo normal, lo que provocó un buen desarrollo vegetativo. Las lluvias puntuales de julio ayudaron a superar las altas temperaturas de esta época y, después del envero, las temperaturas nocturnas descendieron notablemente mientras que las diurnas se situaron en una media de 25ºC. Este hecho favoreció la maduración y adelantó la vendimia dando como resultado una añada extraordinaria, de gran concentración frutal.

Tras 15 de maceración con los hollejos y una crianza de 12 meses en barricas de roble americano y francés, Emilio Moro 2015 presenta un color rojo cereza madura muy intenso. En nariz es opulento y muy expresivo, con una base de fruta negra madura de gran calidad, y presenta en segundo plano notas balsámicas y de pastelería. En boca es amplio, sabroso, de gran volumen y buena acidez con un pos gusto muy largo.

EL ESPÍRITU DE SU FUNDADOR
Con todo, señalan desde la bodega, nos encontramos ante una de las mejores añadas de la historia de Emilio Moro”, un vino que lleva el nombre del creador y fundador de la bodega y que encarna a la perfección la filosofía de esta firma insignia en Ribera del Duero. Pionero y rompedor desde su nacimiento en 1990, Emilio Moro se define por el equilibrio, la elegancia y la primacía de la fruta sobre la madera, de la amabilidad frente a la astringencia y de la complejidad en lugar de potencia y rusticidad. Una referencia que marcó el antes y el después en la bodega familiar ya que a partir de la cosecha de 1998 eliminó de su etiqueta los tradicionales conceptos de crianza y reserva en pos de convertirse en un vino con mucha personalidad marcada por los viñedos de los que procede, de entre 12 y 25 años de edad.




La nueva añada de Emilio Moro es, en definitiva, resultado de la benevolencia de un año extraordinario en lo climatológico. Pero también y sobre todo del espíritu de una bodega respetuosa con la tradición y comprometida con la innovación que en los tres últimos ejercicios ha invertido cerca de un millón de euros en I+D+i. Una labor que desarrolla a través de la colaboración con entidades y universidades de prestigio y que ya ha dado como fruto importantes avances en el campo de la viticultura, como el desarrollo de levaduras autóctonas para aportar complejidad y singularidad a sus vinos.


SOBRE BODEGAS EMILIO MORO

El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, D. Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este a su vez lo transmitió a sus hijos. Tras tres generaciones, José y Javier Moro se hacen cargo de la bodega que actualmente posee unas 200 hectáreas de viñedo propio, plantadas e injertadas con un excelente clon de tempranillo recuperado de sus viñas más viejas, y algunos de sus pagos más conocidos son Resalso), plantado el año en que nació Emilio Moro (1932), con suelos profundos y frescos; Valderramiro, con los vasos más antiguos de la bodega y la cuna de su gran vino de pago, Malleolus de Valderramiro; Sancho Martín, con unas excelentes condiciones de maduración, ofrece vinos tánicos y de marcada acidez, ideales para la crianza; y Camino Viejo, donde nace Malleolus. La familia Moro posee, además, la bodega Cepa 21, también en la Ribera del Duero, que engloba las referencias Hito, Hito Rosado, Cepa 21 y Malabrigo.

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