LOS AUSENTES, de Juana Cortés, una novela sobre la violencia que irá arrastrando a todos los personajes, sin que nadie, ni nada, logre detenerla


Espasa Narrativa. 320 páginas

Rústica con solapas: 19,90€ Electrónico: 9,99€


Bajo el envoltorio de un thriller de factura impecable, LOS AUSENTES nos propone una reflexión sobre la violencia, sobre ETA, sobre la posibilidad de que una persona corriente pueda hacer el mal, sobre el amor y la maternidad… y sobre la muerte.
Muestra, de una forma descarnada, las cicatrices que la violencia deja en quienes la practican y en quienes la sufren. Nadie escapa indemne a ella. Y la inocencia es su primera y gran víctima, un gran hallazgo metafórico de la autora que deja sin aliento al lector.


País Vasco, 2007. Tras el fracaso de la última tregua, ETA prepara un nuevo golpe para demostrar su cuestionada fortaleza. Dos pistoleros encapuchados secuestran a Bixen Alzola, profesor de universidad y defensor de la vía pacífica como única alternativa para solucionar el conflicto vasco. Cuando su mujer, Leire, recibe la llamada de la organización terrorista reivindicando la acción, siente que su mundo se resquebraja. Sabe que las posibilidades de que su marido salga indemne son mínimas. Durante esa larga noche, Leire toma una decisión: hará todo lo que esté en su mano para salvar la vida de su marido.


¿De qué será capaz? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar? Y ¿qué precio va a pagar por ello? Porque ya nada será igual. No hay vuelta atrás. Nunca la hay cuando se traspasan ciertos límites.


Narrada en una tercera persona focalizada en distintos personajes, LOS AUSENTES se lee del tirón, porque Juana Cortés Amunarriz utiliza con maestría todos los recursos del suspense, al mismo tiempo que retrata a los personajes dándoles profundidad psicológica. Nada es porque sí. Y explora en el pasado en busca de respuestas a las preguntas del presente. El blanco y negro deja paso a infinitos matices del gris.


La historia está enmarcada, además, entre la preciosa comarca del Bidasoa, con Irún como centro neurálgico, y los espectaculares paisajes de la foz de Arbaiun, en el este de Navarra, y del valle de Régil, en Guipúzcoa, con algunas escapadas a lugares de ambos lados de la frontera con Francia.


UNA NOVELA CON LAS VIRTUDES DEL MEJOR THRILLER


AUSENTE: persona de quien se ignora si vive todavía y dónde está. Diccionario de la RAE


La novela se divide en cuatro partes y sigue un hilo cronológico continuo desde el miércoles 7 de noviembre de 2007, en el que secuestran a Bixen Alzola, hasta la resolución, el viernes 9. Un epílogo situado un año después de los hechos cierra la historia. Cada una de esas cuatro partes está formada por distintos capítulos cortos centrados en uno o dos personajes, cuyo nombre encabeza el apartado.


PUNTOS DE VISTA Uno de los grandes atractivos de Los ausentes es el de los distintos puntos de vista que utiliza el narrador en tercera persona. Da voz a todos los personajes y nos descubre sus acciones y sus pensamientos, su actitud, sus dudas y sus miedos. Estas distintas visiones, además, no son lineales. La autora juega con ellas para controlar el ritmo de la narración y crear un suspense que va in crescendo. Hay puntos de vista que se complementan, otros que se suceden, y algunos muestran las consecuencias de una misma acción en dos lugares distintos y de forma simultánea.


DOMINIO DEL SUSPENSE En Los ausentes, Juana Cortés Amunarriz emplea diferentes técnicas de suspense desarrolladas por los maestros del thriller psicológico en los años cuarenta y cincuenta. En la novela, el lector es el único que tiene (casi) todas las cartas en la mano en todo momento, «el lector sabe cosas que los personajes ignoran». La segunda técnica es la «carrera contra el reloj», en una doble variante: Bixen morirá en una semana si el gobierno no accede a las pretensiones imposibles de ETA, y también puede morir a causa de una afección cardíaca. Por último, está la «trama de las últimas horas», en las que se concentra la angustia por la suerte de los protagonistas.


PERSONAJES QUE SE DEFINEN La autora combina elementos destacados del thriller actual, como la multiplicidad de los puntos de vista, con la herencia de la novela negra clásica en la construcción de los personajes, ya que los define a partir de su comportamiento y de la interacción entre ellos —diálogos y conflictos— y con el medio en el que se desenvuelven. De la misma manera, no pretende moralizar ni justificar. Nos los presenta con una mirada externa para que sea el lector quien saque sus propias conclusiones.


UNA REFLEXIÓN NECESARIA



CONTRA LA DESMEMORIA En 2017, un año antes de la disolución de la banda, el festival literario Getafe Negro organizó una mesa redonda titulada «El fin de ETA». Lorenzo Silva, comisario del evento y uno de los novelistas participantes, advirtió de que «existe un riesgo muy acusado de desmemoria» y aseguró que, sin caer en el rencor, no se debían olvidar las historias, las fracturas, los destrozos de tantos años de violencia y de miedo.


Aunque no han faltado títulos de ficción sobre el tema desde los primeros años de la Transición —Gálvez en Euskadi, de Jorge M. Reverte, es de 1981—, podemos situar el inicio de la actual ola narrativa sobre el tema —en literatura, cine y televisión— en 2015, cuando Gabriela Ybarra, nieta de un asesinado por ETA, publicó El comensal. En 2016 apareció el gran fenómeno editorial de los últimos años, Patria, de Fernando Aramburu. Precisamente, la serie de HBO basada en ese libro es una de las muchas propuestas audiovisuales recientes, junto con La línea invisible, de Mariano Barroso, y ETA, el final del silencio, de Jon Sistiaga, ambas de Movistar +; Traidores, de Jon Viar, de TVE; o El desafío: ETA, de Hugo Stuven, en Amazon Prime.


Los ausentes se suma a esta nueva revisión de aquellos años de plomo. Está situada en un momento crítico, 2007, cuando la banda rompió el alto el fuego que había declarado el año anterior. Supone, además, un paso más en esta normalización narrativa, ya que se trata de un thriller que disecciona el fenómeno usando los recursos propios del género.


LA VIOLENCIA Y NUESTRAS CONVICCIONES La novela de Juana Cortés Amunarriz está atravesada, de principio a fin, por distintas formas de violencia: la etarra, la de la guerra sucia de los ochenta y noventa, la del vacío social, la de las amenazas en pintadas... Y, dando la vuelta a la figura de la víctima, ésta también asume el uso de la violencia como respuesta a ETA. La protagoniza es una mujer que nunca se había imaginado en esa situación, lo que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia naturaleza y nuestras convicciones: ¿puestos en la misma situación que Leire, qué decisión tomaríamos?


Los ausentes nos habla de la violencia etarra, sí, pero también sobre la posibilidad de que una persona corriente tome un camino sin retorno hacia el corazón del mal.


DE LOS PERSONAJES, O DE LOS MIL MATICES DEL GRIS


LEIRE LOZANO UGALDE Nacida en Irún de padre extremeño y madre irundarra, de familia de caserío. Habla euskera y trabaja en la biblioteca pública situada en el edificio Ikust-Alaia, o casa Zabaleta, de Irún (en la fotografía). Está en la treintena y conserva el atractivo. Se casó hace diez años con Bixen y viven en Irún en una antigua villa, muy cerca del parque Mendibil. Mantiene una buena relación con sus padres, a los que ve a menudo. Su mejor amiga desde la infancia es ISA, a la que le puede confiar (casi) todo y —lo más importante— su familia es propietaria de un solitario caserío en Usún, cerca de la foz de Arbaiun.


BIXEN AZOLA Profesor de Derecho en la Universidad del País Vasco. Es hijo de un pediatra de San Sebastián, ya fallecido, y de una conocida comerciante de telas de Irún, que padece Alzheimer y está ingresada en una residencia; su hermana mayor, Bego, vive en Bruselas. Cuarentón alto —más de un metro noventa— y de corazón delicado, tras años medicándose por una insuficiencia cardíaca, tiene que pasar por el quirófano para someterse a una delicada operación. No es la única amenaza a la que debe hacer frente. Hace unos días, la Ertzaintza le avisó de que estaba en una lista de posibles objetivos de ETA. Tras intervenir en un debate en ETB y mostrarse a favor del fin de la violencia y de una salida dialogada del conflicto vasco, le habían puesto una diana en la espalda. De momento no ha aceptado la oferta de llevar escolta. Tampoco le ha dicho nada a Leire.


LA FAMILIA ASTIBAR IÑAKI ASTIBAR, KUTI, es un conocido portavoz abertzale integrado en el entorno de ETA desde que su hermano fuera asesinado en Francia en los años de la guerra sucia de la década de los noventa. Él y su esposa MERTXE dan la cara por la banda cada vez que se comete un atentado. No se lo han cuestionado nunca. Al menos no todavía. 6 Tienen dos hijos a los que adoran. La pequeña NEREA cumple siete años el 8 de noviembre, un día después del secuestro de Bixen. El mayor es ANDER, un chaval de once años, inteligente y fantasioso, amante de los dinosaurios y de los tebeos de Zarpa de Acero, a quien le gustaría parecerse para castigar a los malvados. También es víctima de acoso en la escuela, aunque no se lo ha comentado nunca a sus padres. Un adolescente mayor que él, EL LOCO, lo ha escogido este año como víctima. Ander ha llegado a fantasear con cortarse las venas y hasta oculta una pequeña cicatriz en la muñeca. Su mejor amigo es JULEN. Un protagonista in absentia, es ASIER ASTIBAR, el hermano de Kuti. Miembro de ETA, cayó en una emboscada en la carretera de La Corniche, en Hendaya. Sus asesinos lo torturaron y abandonaron su cadáver. Tenía veinticinco años.


EL COMANDO ETARRA ROQUE es el veterano del grupo, un tipo maduro y en buena forma física. Nacido en Erandio, lleva décadas de militancia en ETA y vive en Iparralde, el País Vasco francés. Aunque mantiene su fidelidad a la banda, cada día es más crítico con los nuevos dirigentes, por los que se siente ninguneado. Considera que han cometido errores estratégicos de bulto. El asesinato de Miguel Ángel Blanco fue uno de ellos. Se ha cansado de la violencia, aunque no dejará que lo detengan vivo: morirá matando. PEIO ANCHORENA, AZERI, forma parte de la nueva generación de dirigentes, criada en la kale borroka. Tiene casi treinta años y un hermano, también miembro de ETA, que cumple condena en el penal de Algeciras. Cree en la violencia como única vía y considera traidor a cualquiera que se lo cuestione. MAIDER es una veinteañera de complexión atlética, antigua piragüista y jugadora de baloncesto. Mantuvo una tormentosa relación secreta y muy sexual con Roque. Acabó muy mal. Las consecuencias de aquellos días de pasión las puede pagar el grupo. TOR y CHUS son dos militantes de base y los ejecutores del secuestro. Solo siguen órdenes sin cuestionárselas. No dudan en pegarle un tiro en la cabeza a quien le señalen sus mandos, aunque hayan simpatizado con él. La lucha es la lucha.


ASÍ ARRANCA LA NOVELA


Irún, Guipúzcoa, País Vasco. Miércoles, 7 de noviembre de 2007.


Leire y Bixen inician el día ajenos a lo que les espera. Su mayor preocupación aquella mañana es la salud de Bixen: en breve deberá entrar en el quirófano. En la radio se habla de una operación policial en Pasajes, el día anterior, en la que se desarticuló un comando de ETA.


Mientras tanto, Roque, un veterano de la banda, espera órdenes. Se siente ninguneado por la nueva generación, impulsiva y con ganas de comerse el mundo. Llevan tiempo preparando un secuestro que provocará un aluvión de reacciones. Sin embargo, el primer objetivo se ha ido de Euskadi. Tienen un plan B que, para Roque, no está lo suficientemente maduro. Sin embargo, Azeri, que es ahora quien manda, da luz verde a la operación.


Hacia las siete de la tarde, Bixen regresa a casa. Ha sido un día muy duro. Un grupo de radicales le ha reventado la clase, en protesta por la operación policial de Pasajes. Quiere contarle a Leire que se ha convertido en un objetivo de ETA. Todo empezó cuando su colega y amigo Manu Artola, miembro de Aralar, le pidió que lo sustituyera en un debate en ETB. Defendió la vía pacífica y dialogada como única alternativa para solucionar el conflicto vasco.


Desde la emisión del programa se precipitaron los acontecimientos. En la universidad aparecieron pintadas contra él y, el lunes pasado, dos agentes de la Ertzaintza lo citaron en una cafetería para explicarle que estaba en una lista de posibles objetivos de ETA. Le ofrecieron escolta, pero la rechazó. Esta noche quiere explicárselo a Leire.


No llega a hacerlo. Dos hombres encapuchados lo detienen, pistola en mano, y lo introducen en el maletero de un automóvil. Es un secuestro. Empieza la pesadilla.


Ajena a cuanto ha sucedido a unos metros de su casa, Leire prepara la cena. Una llamada telefónica le interrumpe. Una voz masculina, seca y violenta dispara: «Tenemos a Alzola. Hablo en nombre de ETA. Es un secuestro político». Y la voz le da unas instrucciones.


Apenas recuperada de la conmoción, Leire se convence de que aquella gente matará a Bixen. Es un secuestro político y ese suele ser su final. Sin embargo, no está dispuesta a resignarse. Y aquella misma noche toma una decisión tan arriesgada como irreversible.


LA VUELTA A LA VIOLENCIA


Solo un recordatorio sobre el nacimiento de ETA. Surgió, en 1959, como una escisión de Ekin, un antiguo grupo de estudio universitario creado en Bilbao, en 1952, y vinculado durante años al PNV. Hasta 1964 no se planteó el uso de la violencia. Su primera víctima fue el guardia civil José Pardines, asesinado en un control de carreteras el 7 de junio de 1968. En 2011, la banda anunció el cese de la actividad armada y, en 2018, se disolvió.


¿Por qué Juana Cortés Amunarriz ha elegido 2007 para situar Los ausentes? El 5 de junio de aquel año, ETA anunció, con un comunicado enviado a los diarios Gara y Berria, que daba por finalizado el alto el fuego iniciado el 24 de marzo de 2006; el 6 de junio se haría efectiva esa vuelta a las armas. En diciembre de 2006 ya había roto de facto la tregua, con el atentado en la T-4 de Barajas. Se hizo añicos la esperanza de paz abierta por el alto el fuego.


En la novela, el secuestro de Bixen Alzola va a ser el primer gran golpe de aquel año. Somos testigos de las diferentes actitudes de los etarras ante la vuelta a la lucha armada. Roque, un veterano, está cansado y se cuestiona esa vía, aunque no lo diga en voz alta. No quiere ser tachado de traidor. Es consciente de que han perdido el apoyo popular incluso entre muchos sectores abertzales.


Frente a él, se alza la figura de Azeri, para el que la violencia se ha convertido en un modo de vida. Forma parte de una nueva generación de dirigentes que quiere mantener viva esta estrategia.


La figura de Bixen personifica la esperanza de un camino alternativo. Aunque no se cite explícitamente, sus postulados son cercanos a los de Aralar, de carácter abertzale y contrario a la violencia.


Entre los grandes momentos de la novela destaca el diálogo entre Bixen y uno de sus captores a propósito de los asesinatos a sangre fría —mal llamados «ejecuciones»— en su dimensión moral y humana.


LOS ESCENARIOS DE LA NOVELA


IRÚN Los principales personajes de la novela viven en Irún. La casa de Bixen y Leire es una antigua villa en la parte alta de la ciudad, donde hacía años se encontraba la fábrica de chocolates Elgorriaga. Muy cerca se halla el parque Mendibil (en la fotografía), con sus edificios singulares, como el conservatorio, rodeados de magnolios, laureles y arces. Es un barrio muy tranquilo.


VALLE DE RÉGIL El caserío en el que retienen a Bixen se encuentra en las proximidades del monte Hernio, en el valle de Régil, en un paisaje rural de verdes campos y suaves colinas. Está enclavado en la comarca guipuzcoana de Urola Costa, cuya capital es Zarauz. El edificio principal se encuentra en un estado lamentable. El propietario, simpatizante de ETA, ha cedido el caserío al comando mientras lo prepara para convertirlo en un hotel rural.


FOZ DE ARBAIUN Juega un papel importante en la novela que no desvelaremos. En todo caso, y como ya hemos adelantado en el dosier, allí se encuentra el caserío de la familia de Isa, la mejor amiga de Leire. La foz es un parque natural situado en el este de Navarra. Se trata de un profundo cañón excavado por el río Salazar en la sierra de Leire. Unos 130 Km separan Usún, el pueblo principal de la zona, de Irún.


Sobre la autora


Juana Cortés Amunarriz (Hondarribia, 1966) es licenciada en Filosofía y escritora de relato, novela y literatura infantil y juvenil. Reside en Madrid, donde inicia su trayectoria literaria en 2004. Ha obtenido diversos premios de relato, entre los que destacan el Segundo Premio Hucha de Oro, el Gaceta de Salamanca, el Premio de Relato Tomás Fermín de Arteta, el Leopoldo Alas Clarín o el Ignacio Aldecoa. Ha publicado los libros de relatos Queridos niños (Premio Ciudad Alcalá de Narrativa 2009) y Las batallas silenciosas(Baile del Sol). Entre sus novelas está Las sombras (Premio Tiflos 2015). En literatura infantil y juvenil ha publicado Esmeralda y yo (Premio Ciudad de Málaga 2016), Corazón, mano, corazón (Premio Avelino Hernández 2012), Maimón, Ojos azules y la serie Superpaco. 


 

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